Timeless Academia

GudaGuda: Prólogo

La Era Sengoku GudaGuda

El Diario de Midoriya Izuku

Siento que hay tantas veces que puedo señalar lo extraña que se ha vuelto mi vida.

Claro, estoy salvando a la raza humana del borrado total de los demonios que han existido durante eones, y para hacerlo estoy trabajando junto con héroes de toda la historia que he convocado al plano viviente con lo que es esencialmente magia (pero no exactamente). Cualquiera lo vería como una locura, o como algo fantástico, o simplemente no lo creería en absoluto. Incluso en un mundo donde los superpoderes son comunes, eso es demasiado para aceptar. 

Pero a pesar de lo loco que es todo, siento que ya me he acostumbrado. El impacto de todo se ha desvanecido, y todos estos aspectos del mundo que nunca antes conocía son solo cosas cotidianas para mí ahora. Puedo hablar con personas como Heracles o Benkei o Jeanne d'Arc y no encontrarlo raro en absoluto. En todo caso, me sentiría más raro ahora si no hiciera nada de eso.

Han pasado algunos meses desde que comencé a trabajar en Chaldea, pero gracias a eso, ahora siento que estoy listo para casi cualquier cosa.

Al menos, eso es lo que pensaba. Pero parece que cada vez que empiezo a sentirme cómodo, algo me lanza una bola curva para desanimarme.

En este caso, fui golpeado con múltiples bolas curvas en rápida sucesión.

Curveballs que nunca podría haber imaginado venir.

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Izuku masticó pensativo el extremo de su lápiz, mirando el cuaderno en su otra mano. Emitió un murmullo bajo de incertidumbre, tratando de analizar si había olvidado algo, pero seguía sin encontrar nada. Sacó el lápiz y miró fijamente la página que tenía delante mientras lo golpeaba ociosamente en el papel, como si le ayudara a obtener la respuesta que estaba buscando.

"¿ Me estoy olvidando de algo...?" se preguntó en voz alta.

"¿Olvidar qué, Senpai?" Mash cuestionó, lo que desvió su atención del cuaderno.

Los dos estaban ocupando actualmente el salón de Chaldea, con Izuku ya sentado cómodamente en una de las sillas más suaves cuando Mash se le acercó. Ella tomó el asiento más cercano a él, como se esperaba, con Fou ya poniéndose cómodo en su regazo.

“Bueno, estaba tratando de pensar en convocatorias potenciales para el futuro, y creo que tengo a todos relacionados con los que ya tenemos, pero aún no estoy seguro…” explicó, antes de colocar el cuaderno en la mesa frente a él. a ellos. Mash se inclinó un poco para mirar las páginas en las que estaba, solo para encontrarse mirando con leve incredulidad.

Una página enumeraba aparentemente a todos los Caballeros de la Mesa Redonda en los que Izuku podía pensar. Ella inclinó la cabeza ante el signo de interrogación al lado del nombre de Mordred, pero asumió que se debía a la inestable relación que tenía con Artoria. (Estaba un poco más confundida sobre el que estaba al lado del nombre de Galahad, así como por qué le dolía un poco la cabeza con solo mirar la palabra escrita allí). Eso en sí mismo era bastante, pero al mirar la página siguiente vio otro larga lista de aparentemente todos los Argonautas en los que podía pensar.

"... Senpai, no crees que realmente los convocaríamos a todos , ¿verdad...?" ella cuestionó mientras lo miraba vacilante.