Una hora, un mensaje y una chica.
Tic Tac, Tic Tac...
"Sal a tu azotea, apaga las luces de tu casa y busca la estación 20.17 a las 20:17, dicen que esa es la hora de las almas abatidas, pero esta noche será sólo nuestra. Y dime, ¿hasta cuándo?"
El t...
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Un poco consternado por la información que acabo de recibir de Barry, aunque inconclusa, dejo que mis pensamientos me lleven a lugares distantes, a lugares en los que no sean este. Después de todo, lo que le hicieron a Dakota no fue para nada amable, y que se castigue a los culpables es lo menos que se puede hacer, ya que han herido a un ser humano.
Entonces, con las estrellas sobre mi cabeza y los problemas bajo mis pies, camino a paso lento hasta mi auto, el cual está estacionado cerca de un faro, por lo que la luz lo alumbra incesantemente, hace que su color azul oscuro como la noche resalte un poco de entre los demás.
Y mientras me acerco más y más al auto, noto que hay algo pegado sobre él, es algo amarillo que resalta en el parabrisas. Así que apresuro el paso, seguro es una infracción. No, no puedo tener una, mi padre me matará. Pero al acercarme me siento aliviado, pues no parece ser alguna nota de un policía por mi incompetencia como conductor, sino más bien parece ser una nota cargada de secretos.
Algo dentro de mí dice que no abra la nota, pues seguro no me gustará lo que encuentre, pero mi otra mitad curiosa quiere hacerlo. Por lo que termino por tomar la nota cauteloso, llevando la mirada a todos lados aunque no encuentro a nadie que pueda ser el dueño de la nota. Cuando la abro, me doy cuenta que es la misma caligrafía suave y tierna que llegó a mí hace unos días.
—Pensé que había quedado claro que no quiero ser parte de esto —susurro con molestia. Es que esto no tiene sentido, por lo que decido estrujarla entre mis manos hasta hacerla una bola, aunque no logro mi cometido final, pues mis ojos no pueden evitar leer lo que dice, ya que es una sola línea la que abarca.
"Baja las estrellas. Treinta y siete en ambas manos" Andrómeda
Quedo igual de perplejo que la última vez, por lo que me subo al auto y meto molesto la nota en la guantera.
—¿Treinta y siete estrellas? ¿Es que esto es una broma? —Y dicho eso enciendo el motor para comenzar a conducir entre la noche fría de Chicago.
🌙➖🔻➖🔻➖🔹➖🔻➖🔻➖🌙 Nota de la autora:
Pobre Dante, parece que nada está de su lado, además de que si le agregamos el hecho de que no entiende estas notas entonces todo se siente aún más horrible.
En el siguiente capítulo subiré más memes, si quieren denme ideas. Díganme lo más gracioso que hayan leído aquí, por favor, sería divertido.
Nos leeremos en unos momentos más, ya no te sigo interrumpiendo.
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