|2 0 : 1 7| ¿Hasta cuándo?

¿Y si mejor me besas?

Capítulo XXXIV

—Entonces esa es la osa mayor— le afirmo a Dakota señalando un grupo de estrellas en el cielo.

—No Dante, es el cinturón de Orión— lanzo un bufido y dejo de ver las estrellas. Dakota me ha contado las historias de esas dos constelaciones, pero aún no me queda claro. Yo no veo ahí un oso o a un guerrero, quizás sólo me hace falta una inyección de imaginación... la cual seguramente con un beso de ella la consigo. De pronto siento como Orión, el gato de Dakota, pasa entre mis piernas ronroneando.

Orión es un gato bastante lindo, sus ojos azules parecen llenos de constelaciones, de ahí que Dakota le pusiera de esa manera. Y el gato se restriega en mi pierna, es la primera vez que me ve, pero creo que le agrado mucho. A decir verdad no imaginaba que Dakota tuviera un gato, aunque debo de admitir que sí sabía que los adora.

—Es muy fácil identificarlas— acota ella con una sonrisa burlona y despertándome del sueño en el que los ronroneos y los ojos de Orión me han metido. Entonces carga al gato y le acaricia la cabeza, justo en el el lugar que a él le gusta más.

—Lo dices porque las conoces— digo un poco confundido. Así es que me acerco a ella, para tomar a Orion en brazos y bajarlo al suelo, tengo muchas cosas en mente y Orión no necesariamente tiene que verlas. Así es que me pego a su pecho y dejo que sienta mi corazón latiendo a mil por hora. Justo ahora estamos en su habitación. Después de lo que pasó ayer, fuimos al mirador y nos besamos hasta que nuestros labios se desgastaron un poco.

—¿Y si mejor me besas?— cuestiono mientras pongo mi nariz en la suya y comienza a acariciarla suavemente. Noto como sus labios me piden a gritos que la bese. Y cuando estoy a punto de darle un beso en los labios... ella se aleja corriendo.

—Si es queme atrapas Collins— ambos comenzamos a correr por la habitación como unos locos. Hasta que la atrapo y ambos caemos sobre la cama. Ella encima de mí. Ver sus hermosos ojos sobre los míos, bajo la oscuridad... vaya, me hace sentir en el cielo.

Sin previo aviso, ella comienza a besarme desesperada. Me muerde los labios y yo lanzo un suspiro. Bien, si ella quiere guerra, entonces se la daré. Así es que la tomo de la cintura y la coloco en la cama, justo debajo de mí. Esto trae como consecuencia, que ahora yo sea el que la besa con desesperación. Nos quedamos sin aire, porque eso es lo que pasa y dejamos de besarnos, para que pregunte.

—Dante, ¿tuviste sexo con Dorothy?— sí, Dakota no se va con rodeos, ya me di cuenta. Aunque no sé por qué ha hecho esa pregunta, pero lo que sí sé es que me desconcierta en gran cantidad, a lo que respondo.

—¿Por qué quieres saberlo?— aún soy un caballero y no quiero confesar intimidades entre mi ex-novia y yo. Además, no se para qué quiere saberlo.

—Sólo responde sí o no.

—Sí, lo hicimos— contesto de manera seca. Aunque de a poco veo como su rostro se descompone. No, no quería eso, pero ella lo preguntó, ella quería saberlo. —Dakota... ella ya no importa más y lo sabes— susurro sobre sus labios, para seguir besándonos unos cuantos minutos más. Nos besamos hasta que la luna nos grita que es suficiente.

🌙➖🔻➖🔻➖🔹➖🔻➖🔻➖🌙
Nota de la autora:

¿Apoco no son hermosos? Es que me derriten de ternura, y por cierto, el gato "Orión" es mi gato, aunque su nombre real es Guapi, es que véanlo, es tan tierno, quería que mi gatito bello formara parte de esta historia. Mejor momento no pude haber elegido, díganme, ¿les gustó Orión?

En un segundo subiré la segunda parte de hoy, porque créanme, se quedarán con muchas dudas. Ahora vuelvo.

Atte.
D.R