A ella no la lastimes jamás.

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Capítulo XXXIX

Mi mente comienza a divagar por la nota que me ha llegado. Ya es la última y eso me preocupa un poco. Creo que ahora debo de indagar todo lo que sea posible, antes de que sea muy tarde. Aunque hoy quiero ser sólo de Dakota, por eso es que llego un poco más temprano a mi hogar. Me prepararé antes, para que cuando sean las ocho, yo ya esté frente a su casa. Como ya he dicho, hoy le pediré que sea mi novia. Ambos hemos pasado por mucho juntos y quiero estar con ella apoyándola, cuidándola del estúpido de Leonard.

Asi es que, por fin, llego hasta mi hogar. Mi madre me dijo que ella no estaría por la tarde. Por obvias razones mi padre tampoco debería de estar aquí, pero... veo su auto estacionado frente a la casa. Presiento cosas malas. Y cuando escucho unos gritos desesperados dentro del lugar, todo mi cuerpo se tensa... pues no son gritos cualquiera, son los de mi hermana pequeña.

—¡Dante! ¡Dante!— escucho la tierna y suave voz de mi pobre hermanita. Hillary suena asustada, por lo que como un loco, corro hasta donde salen los gritos. A decir verdad, no es difícil encontrarla, ella está en el salón, aunque no está sola. La pobre está acorralada contra la pared y en frente de ella está mi padre, con el puño en el aire. No, a ella no, ella no debe de sentir el puño de mi padre, me lo prometí y lo voy a cumplir.

Entonces corro cual rayo hasta ellos. Mis ojos se desvían un poco al suelo cerca de ambos seres y noto de inmediato un jarrón roto. Aunque ese es el jarrón más caro que tenemos en el hogar. Le tengo respeto a esos pedazos de nada, pues mi padre muchas veces me regañó cuando pasaba cerca, tenía miedo que cayera. Seguramente Hillary lo empujó por accidente y mi padre se salió de sus cabales.

Cuando Hillary me ve, noto como la desesperación salta de sus ojos. Es que el ogro frente a ella está que hecha humo. Todos mis músculos vuelven a tensarse al ver la reacción de miedo de mi hermana. No, es que ella debe de tener una vida linda, no debe de sufrir lo mismo que Lucy y yo. Mi hermana mayor y yo ya lo soportamos, pero la pequeña no debería de sentir sus golpes.

—No me vuelvas a llamar padre, ¡ya sabes que yo no lo soy! ¡El tuyo te abandonó!— escupe furioso Keneth. Y cuando está a punto de estampar su mano en la cara de mi hermana... yo lo detengo. Tomo su mano con tal fuerza que me hago un poco de daño.

—A ella no la lastimes jamás— anuncio con la mandíbula tensa y los músculos de igual manera.

Claro está que mi padre se sorprende por la actitud que tengo ahora, y con un movimiento rápido se suelta de mí, para empujarme con todas sus fuerzas. El golpe es tan salvaje, que mi cabeza choca con la pared y siento como sangre brota de mi sien izquierda. Todo el mundo comienza a nublarse para mí, pierdo las fuerzas. Aunque en mi mente sólo está Hillary, quien me mira horrorizada.

—No te atrevas a tocarme así Dante, ¿no lo recuerdas? Si detienes el golpe, el que viene será peor— pero no se acerca a mí, supongo que no quiere perder el tiempo en el chico que está perdiendo el conocimiento. Así es que regresa con mi hermana, quien lo mira asustada. —¿Quieres que te pase lo mismo niña?— escupe mi padre. Y Hillary comienza a negar con lágrimas en los ojos ante la pregunta de mi padre. —Entonces jamás me detengas un golpe— y dicho eso, ocurre lo peor.

Sorprendido, miro como la mano de mi padre se estampa en la mejilla de mi hermanita. Y lo hace con tal brutalidad, que la pobre pierde el equilibrio aturdida, cayendo de frente al suelo. ¡Tan sólo tiene ocho años! De pronto ocurre algo, no sé qué me pasa, pero algo dentro de mí nace, algo que jamás había sentido. Así es que cómo un loco me pongo de pie, aunque mi cabeza sangre y no sienta mis piernas, pero una energía me ayuda. Es que simplemente no puedo evitarlo, entonces me abalanzo contra mi padre. Ya que el no esperaba mi impacto, ambos caemos al suelo. Después de eso, mis puños no dejan de chocar contra su cara, a tal grado que siento como ambos me punzan, y como se llenan de sangre.

De pronto siento un dolor inmenso en la cabeza. Mi padre aprovecha ese momento de baja guardia y me pone debajo de él, para estampar su puño en mi sien sana. Claro está que eso me deja aún más aturdido, aunque no lo suficiente como para desquitarme. De nueva cuenta siento una energía recorrer mi cuerpo, nacen fuerzas irreconocibles por mi cuerpo. Y dando todo de mi ser, vuelvo a llevarlo al suelo, además de estampar mis nudillos contra su cara mientras grito.

—Esto es por Lucy— y golpeo su nariz. —Esto es por mí— ahora golpeo su pómulo derecho. —Esto es por Hillary— esta vez sale dañado su pómulo izquierdo. —Y esto es por arruinar las vidas de todos— mi puño rompe su labio superior y hasta ese momento me doy cuenta de la sangre que tiene su rostro. Está irreconocible y también un poco aturdido, pero eso no basta para levantarse del suelo tambaleante, además de decir.

—Yo siempre te amé hijo— es lo que entiendo que sale de sus labios. Después de eso, sale de la casa y enciende su auto para irse al infierno de seguro. Así que no lo detengo, simplemente voy hasta mi hermana, quien sigue inconsciente en el suelo.

Las lágrimas de dolor y de desesperación se hacen presente en mis ojos. La frente de mi hermana se ha abierto y de ella sale sangre, ademas de que en su rostro tiene la mano marcada de mi padre, ¿cómo se atrevió a hacerle daño a la pobre pequeña? Pero me vuelvo a poner alerta cuando escucho el sonido de la puerta abrirse.

—¡Ya volví!— grita mi madre con un tono de voz agradable, además de tierno.

Y es hasta ese momento en el que los recuerdos llegan a mi cabeza, pues comienzo a desvanecerme. No, esto no me está pasando, hoy tengo que ir con Dakota. Pero todo comienza a volverse de un color profundo, todo se vuelve negro, todo desaparece. Aunque yo sólo temo haber muerto.

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Nota de la autora:

Final del capítulo 39. Por favor un minuto de silencio por la vida que estamos a punto de perder. Lástima que Dante ya no podrá ir al baile y decirle a Dakota que la ama. Ay no, tengo ganas de llorar. Y bien, ¿qué creen que siga después? Ya les había dicho, preparen esos pañuelos.

Antes que nada, también me gustaría hacer mención de dos personas maravillosas. De Ari, quien no se cansa de decirme sus bellas teorías, incluso me las dice en inglés y yo lo amo, además de que es una rusher como yo y eso es hermoso. Gracias Ari linda por estar leyéndome, esta gran chica ha caído en los encantos de Barry y eso es hermoso.
Aunque también quiero hacer mención especial de una escritora maravillosa, la cual conocí hace muy poco, pero que sin duda me enamoró con todo lo que escribe. Esta belleza de mujer se desveló por leer 20:17, ¿es que eso no es hermoso? Claro que sí. Yo la admiro muchísimo y que ella hiciera eso, simplemente me hace sentir extasiada. El nombre de esta gran mujer es Diana. Ella se ha ganado aún más mi corazón. Gracias linda por estar leyéndome.

Canción: Pompeii– Bastille

Mañana subiré la siguiente parte de la historia. Como les dije, si me doy prisa, para el domingo ya tenemos la historia completa en Wattpad. Gracias por todo, muchas gracias por formar parte de este mundo.

Atte.
D.R

|2 0 : 1 7| ¿Hasta cuándo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora