Capítulo 32

3.6K 557 274
                                    


ESCLAVA DE SANGRE

NOZOMI

Dejamos de hablar y nos concentramos en clasificar las latas de comida según sus fechas de caducidad. En ese momento de tranquilidad, me puse a pensar que era la primera vez que hablaba con otra persona sin sentir temor a ser lastimada.

—¿Ya has sido mordida por...?—, pregunto Nethan con timidez, sin terminar la frase.

Lenvanté la vista y asentí. —Sí, en la luna llena—, respondi con voz tranquila. —Fue mi primera mordida—.

—Oh—, exclamó con un tono de empatía mientras tiraba una lata al cesto de basura. —Supongo que debió ser terrible. Sentir la agudeza de sus dientes, la presión que te hace marear y el temblor que te recorre mientras beben tu sangre...definitivamente debe ser una experiencia aterradora—.

Lo miré con curiosidad. —¿Ya te han mordido?—, pregunté.

—Sí—, respondió con calma. —Pero fue voluntario, en el día de la luna llena—

—Ya somos dos—, pensé con alivio. Mi decisión de entregarme voluntariamente al vampiro que me había ayudado era algo que prefería antes que ser forzada o presionada, aunque sé que eso no pasará.

—Terminamos por hoy—, dijo Nethan mientras guardaba la última lata. —Gracias por ayudar, aunque sé que no deberías estar aquí. Deberías estar con el príncipe Francisco—.

Sonreí con gratitud. —No hay problema—, respondí. —Él quería descansar y tengo permiso para salir—.

En realidad, mentía. Francisco nunca me habia dado permiso.

Salí del almacén junto a Nethan, cada uno tomando una dirección diferente. Mientras caminaba en silencio, lo vi recostado en la pared, vestido formalmente como siempre, diferenciándose de los demás vampiros que preferían la comodidad. Su expresión era de molestia.

Me sentí culpable por no haberle avisado que saldría de la habitación.

Se levantó de la pared y caminó hacia un pasillo, y sin pensarlo dos veces, lo seguí. Entramos a una habitación oscura, iluminada solo por una pequeña ventana. La puerta se cerró detrás de nosotros, y al voltearme, sentí un escalofrío.

—¿Por qué no me dijiste que saldrías de la habitación?—, me preguntó con una mezcla de preocupación y molestia. —Dormí tranquilo pensando que estabas ahi—.

—Lo siento—, le respondí con voz baja, esperando que me perdonara. —Estabas tan dormido que no quise molestarte y además quería ayudar en algo—.

—Ya lo sé—, dijo con tono calmado. —Estuviste con ese chico limpiando y hablando en el almacén—.

En ese momento, recordé cuando habíamos escuchado pasos. —¿Nos escuchaste hablar?—, pregunté con timidez.

Francisco no respondió de inmediato. —Hubieras entrado—, le dije. —Quería ver que ya habías despertado—.

Se paseó por la habitación negando con la cabeza. —No, está bien—, dijo finalmente. —Solo no vuelvas a salir sin avisarme. Si algo te hubiera pasado, no habría podido soportar la culpa—.

Sus palabras me sorprenden.

—La mansión está siendo observada—, me dijo con seriedad, mirándome a los ojos. —Ten cuidado—.

—¿Por los hombres del Gran señor Robny?—, pregunté con preocupación.

Él asintió con la cabeza, y de repente, sus ojos se tornaron de un rojo intenso. Retrocedí instintivamente, asustada por su repentino cambio de expresión.

—¿Qué sucede?—, me pregunta Francisco, sin embargo pronto se da cuenta. —Lo siento, desde la vez que te mordí, he estado ansioso—.

Sus palabras me traen de vuelta a ese sueño, a la sensación de sus labios sobre los míos y a la intensidad de su mordida. Intento apartar esos pensamientos de mi mente, no quiero pensar en eso ahora.

Sin pensarlo, me limito a apartar mi cabello de la cara. No había ido más allá de ese gesto cuando de repente siento su cuerpo presionándome contra la pared.

—Tranquila—, susurra en mi oído con una voz ronca y suave. —Seré muy cuidadoso—.

Siento su mano apretando mi cintura con firmeza, y mis manos instintivamente se posan sobre sus hombros. Noto la tensión en sus músculos, la fuerza contenida en su cuerpo.

—Todo está bien—, le digo, aunque en realidad nunca me había imaginado en una situación como esta, diciéndole a un vampiro que no se preocupe.

La cercanía de su cuerpo me hace sentir una mezcla de emociones, miedo, excitación, confusión. No sé cómo interpretar sus acciones, ni qué es lo que realmente quiero.

Escuchaba la respiración agitada de Francisco, quien parecía contener las ganas de actuar impulsivamente.

Por mi parte, me sentía atrapada entre sus brazos, avergonzada por su tacto en mi cintura y la forma posesiva en que me sostenía. La situación se tornaba cada vez más insoportable.

—Francisco, ¿puedes hacerlo de una vez?—, le supliqué con la voz temblorosa. Siento que esto se está tornando más vergonzoso de lo que ya es.

Pareció comprender mi desesperación. Con un movimiento rápido y delicado, atravesó mi hombro con sus colmillos y comenzó a beber mi sangre en pequeños sorbos.

Su agarre se aflojó lentamente mientras se alimentaba, y sus ojos, que antes brillaban con intensidad, se apagaron gradualmente. A través de la tenue luz que entraba por la ventanilla, solo podía distinguir parte de su mandíbula, donde una pequeña gota de sangre se deslizaba lentamente.

A pesar de su educación y bondad, no podían negar su naturaleza. Su necesidad de sangre humana era una parte fundamental de su existencia.

Pero, ¿qué lo diferenciaba de los demás? ¿Qué los hacía especial?

La respuesta era simple, Su capacidad de proteger y de sentir empatía por los demás. A pesar de su instinto depredador, es capaz de controlar sus deseos y actuar con compasión.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

He notado que hay nuevos lectores y me gustaría saber de que países me leen, he visto que la mayoría es de México y Venezuela, la mayoría, pero no se si es correcto. Estoy muy agradecida por las nuevas lectoras <3


Dama de un vampiroWhere stories live. Discover now