39. Cole al rescate. (Parte 2)

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PARTE DOS DEL CAPÍTULO 39, SI TODAVÍA NO LO LEÍSTE, A LEERLO!

#MartesDeConquista


MACKENZIE.

—Pasta. ¿Tienes hambre? Siéntate.

Cole duda por unos segundos, tal vez un poco sorprendido por mi repentina invitación. ¿Qué puedo decir? El día esta lleno de sorpresas. 

Me hace caso y se sienta en una de las banquetas altas de la barra de la cocina.

—Deduzco que Jenna y tú ya no son amigas —empieza mientras observa detalladamente como revuelvo la salsa. Ya está lista.

Suspiro.

—¿Sawyer no te dijo?

—Estuvimos discutiendo, como siempre. No había tiempo para pasarnos chismes como señoras después del bingo. Para eso tiene a Chris —replica. Pongo mis ojos en blanco. Ya terminé con la salsa así que cuelo los fideos. Hay algo bueno y es que no sé calcular fideos para una persona, entonces hice para tres—. Entonces, ¿qué pasó?

—Jenna se acostó con mi ex novio. Varias veces mientras estábamos juntos —contesto. Aprieto mis labios. Me pregunto cuándo se volverá fácil hablar de esto.

Cole suelta un silbido.

—Siempre supe que era una mierda pero no sabía que tanto.

Lo mismo pienso.

—Y aparentemente Marcus estuvo saliendo con otra chica de su universidad mientras seguíamos juntos.

Volteo a ver a Cole, quien tiene sus cejas arqueadas en aún más sorpresa.

—Sí que sabes cómo elegirlos, Mackenzie.

Como no sabes.

Busco entre las cosas de la cocina, —todavía sigo aprendiendo a donde está todo—, dos juegos de cubiertos y vasos. Los dejo en frente de Cole, quien los acomoda sobre la mesa. Una vez que tengo dos platos calientes que huelen bastante bien, dejo uno en frente de Cole.

—Es un alivio comer algo que no sea comida rápida —dice antes de tomar sus cubiertos—. Gracias.

Sonrío.

—No es nada. ¿Por qué no estás con tu familia? —inquiero.

—Es complicado —responde como si fuera la contestación automática que le da a todos—. Larga historia.

Eso dicen todos.

—Tengo tiempo —le digo alzándome de hombros.

Cole sube la mirada. Es cuando noto lo cansado que está. Sus ojeras se marcan, pero a uno no le hace falta ver eso cuando sus ojos literalmente están gritando su agotamiento.

—¿No vas a dejar de insistir hasta que te diga?

—Probablemente no —contesto y sacudo mi cabeza. ¿Qué sentido tiene mentir?

Recordando que no traje nada para beber, me levanto y camino hacia el refrigerador. Le pregunto si prefiere agua o Coca Cola, las únicas dos cosas que tengo y cuando responde Coca Cola, saco dos de las tres latas que me quedan y dejo una en frente de Cole.

—¿Quién diría que sabes cocinar tan bien? —intenta distraerme mientras come.

—Es lo único que sé cocinar. No hay mucho margen para errores. Ahora, ¿en qué estábamos?

—En que vine a chequear que estés viva y de repente estoy por contarte todos mis secretos —dice en un tono relajado, aunque puedo notar la manera en la que sus hombros se endurecen.

La Conquista. [TERMINADA]Место, где живут истории. Откройте их для себя