8. No es una cita, pero podría serlo.

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les va a gustar este capítulo, les prometo. vayan votando


MACKENZIE.

Casi una hora después, logro que Sawyer pueda pulir todos los detalles de su trabajo. No suelo ser brutalmente honesta, mucho menos cuando doy tutorías pero su ensayo estaba bastante pobre. Los errores de ortografía eran lo de menos. Es como si estuviese leyendo un montón de oraciones sin ningun tipo de conexión. Poniendome en los zapatos de Sawyer, de seguro escribe lo primero que va a apreciendo en su cabeza para no olvidarse. El resultado es una salsa extraña. Ayudarlo a mejorar su trabajo fue como armar un rompe cabezas.

Aunque, diferente a lo que pensé, Sawyer no es ningún estúpido ni de esos chicos a los que escuchas hablar y quieres sacarte las orejas porque lo que dicen no tiene ningún sentido. Es bastante inteligente solo que no en un sentido académico, si no en uno más profundo por lo que puedo percebir. Es inteligente en ángulo más importante. Me es dificil explicarlo.

—Mierda, se me hace tarde para el partido —murmura cuando chequea la hora en su celular. Me sorprende que no lo haya revisado ni una sola vez desde que le dije que se siente a mi lado para poder trabajar mejor. Pensé que personas como él, con TDAH serían mucho más inquietas y estarían con la frente pegada a la pantalla mucho más.

—¿No empieza a las ocho? —le pregunto con un poco de timidez. No quiero darle la impresión de que ahora soy su fan número uno por saber absolutamente todos los detalles de esta noche. Pero Jenna habla demasiado sobre hockey como siempre, y yo por una maldita vez, decidí oírla.

Sawyer asiente.— Pero tenía planeado pasar a comer algo de pasada.

—Claro —digo.

Y sucede lo que me pasa seguido cuando estoy con Sawyer: Silencio. Nos sumergimos en un silencio incómodo porque ninguno de los dos sabe que decir, ni cómo seguir la conversación. Deduzco que no conocernos demasiado es la razón.

—Ehm, ¿quieres venir conmigo? —inquiere.

¿Qué dijo? Mis cejas se disparan al techo y al instante me arrepiento por poner la cara de sorpresa extrema. Carraspeo.

—¿A comer?

—Sí. Imagino que debes tener hambre. Además, tengo que recompensarte con algo después de haber perdido una hora conmigo y mi trabajo.

—Sawyer, no fue una perdida. Me gusta ayudar —respondo alzandome de hombros.

—¿Esa es tu sútil manera de rechazarme? —pregunta y esta vez, estira una sonrisita burlona.

—Le das demasiadas vueltas a todo, ¿no es así? —entrecierro mis ojos. Bajo la mirada a mis leggins negros y mi sudadera holgada color blanco. ¿Así le diré que sí a salir a comer con Sawyer? ¿Vestida como una indigente?

—¿Vas a aceptar mi propuesta? ¿O prefieres quedarte encerrada en esta biblioteca toda la tarde?

—¿Qué lugar tienes en mente?

Sawyer se ahoga una risa. Ladea su cabeza y asiente varias veces con la cabeza.

—Tu lugar favorito.

—Mhm —suelto pensativa—. Mi lugar favorito está en casa. Micky's. Específicamente.

—¿Por los batidos o por las hamburguesas? —interroga y alza una ceja para darme una mirada sospechosa.

—Por las papas fritas. Con extra queso —respondo. De vez en cuando, se me olvida que Sawyer creció en la misma ciudad que yo. Incluso cerca, porque ibamos a la misma escuela secundaria. Conoce todos los lugares que yo. Sabe sobre Micky's, sobre el lugar en el bosque donde se hacen las famosas fogatas e incluso la cuerda cerca del lago a donde van todos los de último año en su último día de clases.

La Conquista. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora