36. Hazle caso a tu cabeza (parte 2)

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Hola! Tanto tiempo. Las explicaciones de mi "desaparición" las dejo al final. Disfruten el capítulo... o no!


MACKENZIE.

Durante el camino desde el aeropuerto hacia el hospital, mi estómago se revuelve como nunca. Es el nudo de nervios que cada vez se vuelve más fuerte y difícil de quitar. Y no se va.

Le avisé a Beck que estoy de nuevo en la ciudad y su respuesta fue en qué piso están.

El taxi se detiene en frente al hospital y por más que esté nevando afuera, tengo que pasar mis manos por mis jeans para que dejen de sudar. La voz del conductor es lo que hace que vuelva la atención a este planeta. Carraspeo y me disculpo. Le pago con el poco dinero que me queda y bajo, arrastrando mi valija conmigo. Por suerte no es muy grande. Tengo el presentimiento de que voy a tener que llevarla conmigo por muchos lugares. 

Mi corazón late con tantas fuerzas que puedo sentirlo retumbar en mis oídos. Una vez que entro, voy directo hacia el piso que me dijo Beck. Este hospital no es ninguna sorpresa para mi. Mamá trabaja... Trabajaba aquí. Lo conozco mejor de lo que debería. Es por eso que dejo que mis piernas me lleven automáticamente al piso donde está la unidad de cuidados intensivos.

A la primera persona que veo es a Marie. Está de espaldas pero puedo identificar su cabello castaño desordenado y su cárdigan negro. Parece escuchar mis pasos porque voltea. Su rostro se llena de alivio por unos segundos.

—Mackenzie —suspira y corre abrazarme. Me obligo a soltar mis cosas y recibir el abrazo.

Luce destruida con sus ojos hinchados y rojizos. Mi corazón duele. Por ella, por Mike, por Sawyer. Respiro hondo y consigo no llorar.

—¿Cómo está? —pregunto en un hilo de voz cuando rompemos el abrazo.

—Salió de cirugía hace una hora y lo tienen en observación —explica pasando sus manos por debajo de sus ojos donde nuevas lágrimas comenzaron a formarse—. Todavía no está fuera de peligro y nadie sabe qué puede pasar —solloza a lo que vuelvo a abrazarla. Ella toma distancia entre las dos y pasa su mano por mi mejilla, en donde antes había un corte pero ahora no hay nada—. ¿Estás bien? ¿Dónde estuviste?

Niego ligeramente con la cabeza. No estoy bien. No lo estoy hace tiempo, solo que este no es momento para hablar de mi. Decido llevar el rumbo de la conversación hacia otro lado.

—Va a salir de esto, Marie  —murmuro intentando convencerme a mi también—. Sawyer es... Es fuerte.

Tiene que serlo.

Los llantos de Marie hacen que mi corazón se rompa más. Sin embargo, empiezo a derramar las primeras lágrimas cuando miro por encima de su hombro y encuentro a Mike, el papá de Sawyer, sentado en una de las sillas de la sala de espera, con sus codos apoyados en sus rodillas y su rostro entre sus manos.

—¿Puedo verlo? —le pregunto a Marie.

Ella me mira por unos segundos.

—Solo permiten familia pero... Conozco a las enfermeras, podemos hacer una excepción —responde y aprieta ligeramente mis manos.

Asiento en forma de agradecimiento. Dejo mis cosas a un costado y sigo a Marie. Pasamos por un pasillo en donde cruzamos a varios doctores y enfermeras hasta finalmente detenernos en frente de la habitación de Sawyer. Hay un vidrio separandonos y mi respiración se entrecorta cuando me doy cuenta el estado en el que está. Sé que iba a ser malo, pero mi cabeza no estaba preparada para verlo así.

Tiene un montón de tubos y cables que es complicado saber dónde empiezan y dónde terminan.

—Es difícil de ver —suspira finalmente Marie. Sus manos están temblando. Veo como rápidamente se cruza de brazos para evitarlo—. Y debería ser normal, soy enfermera, veo a pacientes así todo el tiempo pero... Dios, cuando se trata de mi hijo se siente tan diferente —solloza.

La Conquista. [TERMINADA]Where stories live. Discover now