14. El caos como normalidad.

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holaA. cumpliendo con la cuenta regresiva de instagram como siempre
(escuchen la canción que les deje, siempre les dejo canciones que pegan a la situación actual de la novela, prestenle más atención)








MACKENZIE.

Jenna me dio un buen consejo: No comportarme como una dramática sacada de una jaula de gatas.

No sé si estoy siendo muy buena al cumplir ese consejo.

Esta mañana mientras desayunabamos en la cafetería, Jenna y yo hablamos sobre la foto. Buscamos un poco más en Instagram, pero aparentemente esa es la única en donde Sawyer está con Jordyn. Llegamos a la conclusión que son amigos y que no tengo nada de que preocuparme. Él y yo estamos saliendo, no es como si estuvieramos por casarnos mañana.

Así que esa misma tarde, cuando Sawyer nos pasó a buscar por la residencia y cargamos nuestras cosas en la camioneta, intenté no comportarme extraña. No quiero que piense que hay algo mal. Lo de anoche fue una exageración. Pero lo está notando, de eso estoy segura. Me sobresalté cuando se inclino a besarme y apenas le he dado unas cuantas miradas.

¿Cuándo voy a aprender que obligarme a no sentir cosas no va a llevarme a ningún lado? Lo vengo haciendo casi toda mi vida, suficiente prueba tiene que ser.

Sin embargo, este no es un sentimiento fácil. No me preocuparía, porque Sawyer ya me dijo que Jordyn es solo su amiga pero... ¿Ha visto a Jordyn? Mhm. Prefiero no pensar en eso. Seguro la ha visto y de más. La chica es... una amenaza. Una gran amenaza y detesto sentirme menos en comparación. No puedo quitarme la sensación de ser insuficiente, de que él podría estar con alguien mucho mejor que yo. Estamos hablando de Sawyer Evans. Tiene un corazón gigante y se preocupa por los demás, muy diferente a la mayoría de los chicos que parecen nunca tener suficiente de si mismos. Por no hablar de como luce. Podría ser modelo de Abercrombie, solo que no creo que se dé cuenta. Con ese cabello alborotado color dorado, piel naturalmente bronceada, ojos verdes que hacen que me derrita cada vez que cruzamos miradas... ¿Y si comienzo a contar sobre su cuerpo? Es alto, quizá un metro noventa, y es puro músculo. Todo eso es obra propia, claro. He visto fotos en casa de Jenna de cuando Sawyer era pequeño, tenía una contextura esquéletica. Se encargó de que toda una vida jugando hockey pague bien.

Sawyer es... el chico perfecto. Con el que fantaseas tu futuro desde que tienes catorce.

Y tener a Jordyn cerca es... amenazante y deprimente. A veces se me va la lengua alardeando sobre el amor propio y la aceptación a como realmente somos. La realidad es distinta al mundo ficcional que armo cuando hablo.

Jordyn es la clase de chica por la que cualquier chico se muere. La que roba suspiros cuando camina, sin importar si está usando la última moda o un pijama. Tiene un aura de confianza y seguridad que la rodea todo el tiempo. Antes de conocerla, pensaba que que era malvada o algo así, porque tenía que haber otro lado malo para poder equilibrar la balanza. Y después me invitó a tomar un café. Me di cuenta de que es una dulzura de persona, es divertida y a pesar de poder nadar en billetes de 100, tiene sus pies bien puestos en el suelo.

Así que tengo todo el derecho de sentirme mal. Porque Jorydn es un 10 y yo soy un... un sólido 7...Tampoco estoy tan atrás.

Jenna está con los auriculares puestos en el asiento trasero. Puedo oír su música hasta aquí. Tiene sus ojos cerrados, aunque no logro descifrar si está durmiendo o no. Sawyer me dejó controlar la música así que alterno un poco de lo que nos gusta oír a los dos. Durante estas semanas, pude conocer más su gusto musical. Incluso intercambiamos playlists.

—Mackenzie, ¿estás bien? —me pregunta Sawyer por tercera vez desde que nos subimos a la camioneta. Ya vamos una hora y algo de viaje. Quedan cuarenta minutos para que lleguemos a la ciudad.

La Conquista. [TERMINADA]Where stories live. Discover now