24. ¿El amor es juego de a dos? (parte 2)

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Había olvidado para qué estaba en esta cafetería en primer lugar.

—Cole —sentencio aunque sale más como una pregunta. Mi cara de sorpresa es verdadera y no fingida como planeaba hacerlo.

Parpadeo y lo miro más detenidamente. Tiene una chaqueta pesada por el frío, jeans y la misma gorra de la última vez que lo vi.

—¿Estás bien? —me pregunta y observa mi cuerpo como si estuviera intentando buscar alguna herida.

La caída fue el postre de la cena. Si es que hablamos de una cena de vergüenza y humillación.

Niego con la cabeza, al mismo tiempo que rompo a llorar como una tonta.

Suficiente por prometerme no llorar.

Los ojos de Cole se agrandan asustados. Definitivamente no esperaba esto. A decir verdad, yo tampoco. Tendría que haberle dicho que todo estaba bien.

Decido que llorar en frente de Cole es ya demasiada humillación. Tengo que ponerme un límite. Paso por su lado, golpeando sin querer su hombro y salgo de la cafetería casi corriendo.

Si me preguntaba si esto no podía ponerse peor, definitivamente estaba subestimando mi mala suerte.

Está lloviendo.

¿Desde cuando está lloviendo?

Las gotas no son tan fuertes, pero lo suficientes para empaparte en cuestión de segundos. Miro al cielo, como si fuera alguna especie de chiste y no terminara de creer que está lloviendo. ¿De verdad? ¿Qué falta?

Decido no seguir preguntándome para no tentar mi suerte.

—¡Mackenzie, espera! —exclama Cole a mis espaldas.

¿No tuvo suficiente con verme llorar? ¿Quiere verme llorar y mojada como un perro por la lluvia?

Paso una mano por mis ojos, intentando borrar rastros de lágrimas aunque la lluvia está haciendo un trabajo excelente en disimularlas. Suelto una maldición cuando veo como tengo manchas de pintura negra en las yemas de mis dedos. Elegí el peor día para ponerme máscara de pestañas.

—¡Ahora, no Cole! —exclamo.

¿En qué parte del campus estoy?

Sé que estoy cerca del edificio de ciencias naturales, porque vine ayer pero no conozco el sector lo suficiente como paran no perderme. La lluvia y mi cabeza hecha un enredo tampoco ayudan a mi sentido de orientación.

¿Quién mierda me creo? ¿Superman para intentar ayudar al chico que claramente no quiere mi ayuda? ¿Por qué quise esperar en esta cafetería hasta que aparezca?

A la mierda con Cole. Con Marcus. Con mis padres. Con todo el mundo.

—¿¡Puedes esperar?! —exclama ahora detrás de mis talones. Continuo caminando más rápido. Tendré que llegar eventualmente algún lado.

De repente, una mano me rodea la muñeca y me tira violentamente para que me voltee. Lo hago, enviándole una mirada asesina. Este no es el momento.

—¿Por qué...? —empieza y sacude su cabeza—-. No sé qué está pasando, pero no puedes caminar en la lluvia y con tanto frío. Deja que te lleve.

—¿¡A dónde?! —chillo.

Cole está haciendo un esfuerzo para no reírse, y eso me enfurece más.

—A donde tú quieras —responde.

—Quiero ir con Sawyer —espeto.

Acabo de sonar como una niña pequeña. Y creo que dadas la situación, me merezco comportarme como una niña aunque sean unos segundos.

La Conquista. [TERMINADA]Where stories live. Discover now