La Conquista. [TERMINADA]

34. Causas y consecuencias del amor.

#JuevesDeConquista

Este capítulo es laAAAArgo pero importante y hay mucha información, léanlo en la tranquilidad. Feliz semana!

MACKENZIE.

Subo la cabeza, descansando mi mentón en su pecho. Sawyer pasa su pulgar por debajo de sus ojos, quitando mis lágrimas. Cierro los ojos. Es un acto tan... Simple, pero tiene mi corazón latiendo como si fuera a explotar y por lo cerca que estamos, sé que puede sentirlo.

Decido que es mejor tomar distancia para hablar, por más que se sienta tan bien estar cerca de él. Cuando Sawyer me rodeo con sus brazos, me tomó por sorpresa pero mi parte más débil no pudo resistirse. Es curioso cómo una persona puede hacerte sentir tan bien y tan mal al mismo tiempo. Las líneas se vuelven borrosas cuando sucede eso, y ahora entiendo un poco más al mundo.

Sawyer deja caer sus brazos a los costados de su cuerpo. No luce muy bien. Tiene el cabello desordenado, como si se hubiera pasado las manos cientos de veces. Hay dos grandes bolsas oscuras debajo de sus ojos y sigo pudiendo ver los cortes en su ceja y como su labio está hinchado. Estoy segura de que Marcus terminó peor si está en el hospital.

—¿Hace cuánto sabes? —le pregunto, teniendole miedo a la respuesta.

—Hace unas semanas —responde y noto la honestidad en sus ojos—. Un día después del partido, fuimos a comprar helados. Te bajaste porque no encontraba lugar para estacionar. Vi a Marcus y a Jenna frente a un bar, y empecé a sospechar. Un poco después confronté a Jenna y me lo confirmo.

Me muerdo el labio.

—¿Por qué... Por qué no me lo dijiste antes? —le pregunto.

Sawyer respira hondo.

—Porque Jenna me amenazó. Quería decírtelo. Estuve presionando a Jenna por mucho tiempo, pero... No pude. No con todo lo que estaba en riesgo. Esta semana estaba listo para decirte todo, sin importar las consecuencias. Sin embargo, pasó lo que pasó con tu mamá y no quise abrumarte. Estabas pasando por suficiente. Me prometí que te diría apenas pueda, y luego en la fiesta Marcus... —suspira.

—¿ No quisiste abrumarme? ¿No crees que era algo que yo debía decidir?—espeto en un tono sarcástico—. Deberías habérmelo dicho.

—Lo sé. Y lo siento. Mackenzie, si pudiera volver a hacer todo de nuevo, te hubiera dicho al instante que Jenna lo confirmó. Lo siento tanto. Nunca quise dañarte. Sabes que no sería capaz de hacerte eso —habla, cavando un hoyo más profundo en mi corazón.

—Pero no podemos volver el tiempo atrás —bufo abrazándome para resguardarme del frío. No importa cuanta ropa tenga puesta, una noche de invierno es terrible en esta ciudad. Miro hacia un costado, donde una familia está saliendo de un restaurante unas calles más abajo para luego volver a Sawyer—. Dijiste que Jenna te estaba amenazando. ¿Con qué?

A pesar de todo, si puedo creer que mi ex mejor amiga está definitivamente loca.

—Es largo. Y tienes frío. Prometo explicarte, solo déjame llevarte a la camioneta y prender la calefacción —dice dando un paso hacia adelante.

¿Cómo se supone que tengo que estar enojada cuando se preocupa por mí sobre detalles como esos?

Asiento.

No tengo tiempo para jugar a la difícil y la verdad es que sí, tengo frío y puedo notar que que Sawyer también porque tiene puesto solo una sudadera.

Lo sigo por la calle hasta detenernos en su camioneta. Alec está adentro. Apenas nos ve llegar, sale de la camioneta. Intercambia miradas con Sawyer.

—Iré a buscar comida —anuncia y empieza a caminar por la calle, alejándose de nosotros.