La Conquista. [TERMINADA]

47. Una historia más.

Adivinen quien tenía este capítulo escrito pero no se dio cuenta. Hoy estaba hojeando lo nuevo que escribí y dije: UHM, por qué no subí esto?

En fin. Disfruten!!!!! (y preparen los pañuelos)

→PD: mi recomendación es que relean porque este capítulo retoma exactamente donde dejé el anterior. ←

47 | Una historia más.

MACKENZIE.

Llorar no es malo.

No, al contrario. Es... Aliviador.

Sin embargo, ¿llorar y sentirme patética por las razones? Es lo peor que existe.

Por lo menos estoy sola.

—¿Mackenzie? —inquiere una voz, haciendo que llore con más fuerzas. ¿No pueden dejarme sentirme mal un segundo? Entierro mi cabeza en la manta que traje—. ¿Qué...?

Un dedo toca mi brazo, a lo que subo mi cabeza para encontrar a un Chris preocupado. Su ceño se frunce al ver mi rostro, que probablemente está hinchado y un desastre de lágrimas. Abre su boca por un segundo y luego vuelve a cerrarla.

—¿Puedes... Irte? —pregunto en un hilo de voz, lo cual hace que él se confunda más.

Niega con la cabeza.

—¿Sawyer hizo algo? —pregunta. Se sienta junto a mi en el escalón. No tiene manta, solo unos pantalones de pijama y una sudadera de la universidad. No pienso cuando le paso un poco de mi manta para que no tenga frío. Él la acepta más extrañado que nunca, claramente sintiendo señales confusas viniendo de todos lados.

Me alzo de hombros.

¿Me hizo algo? No.

¿Mi cabeza está saboteándome una vez más? Sí.

¿Sawyer es inocente? No.

¿Estoy enojada? No lo sé. ¿Estoy triste? Creo que sí.

Dejo escapar una bocanada de aire.

—Ehm —Chris carraspea incómodo—. Disculpa Mackenzie, no entiendo.

Ya somos dos.

—Yo tampoco —contesto.

Él asiente dudoso.

—Empecemos por lo básico, ¿por qué estás afuera? Hace frío y está lloviendo —señala lo evidente mientras pasea su mirada por el patio y el lago. Las gotas de agua se estrellan furiosamente contra la superficie.

—Porque necesitaba respirar. Estaba en la habitación con Sawyer y... No discutimos pero dijo unas cosas con las que no me sentí cómoda entonces decidí irme antes de armar una pelea —respondo con mi vista fija al frente.