La Conquista. [TERMINADA]

2. Una noche puede cambiarlo todo. (parte uno)

→Capítulo editado (los comentarios viejos no aparecen) :(

MACKENZIE.

—En mi humilde opinión, ese vestido no te queda bien —contribuye Jenna desde su tocador al verme en el reflejo del espejo envuelta en un vestido color negro ajustado y que me llega hasta la mitad de los muslos.

—¿Por qué siento que cada vez que dices "humilde opinión" no es tan humilde? —inquiero mientras continuo mirándome al espejo y paso mis manos sobre el vestido para alisar la tela.

Tengo mis atuendos de fiestas contados con la mano. Este vestido solía ser uno de mis favoritos, pero ya no me parece tan lindo como antes. El escote esta más pronunciado que antes por lo mucho que se estiró la tela y luce vieja.

En cierto punto, Jenna tiene razón. No me queda bien. Aún así, una partecita de mi quiere dejar de complicarse por un vestido y pensar que este sigue quedandome bien.

—No, no es humilde. Lo digo para suavizar el golpe. Si quieres puedes usar algo mío —invita alzándose de hombros y continua aplicándose rubor como si ya no tuviera suficiente.

Suspiro frustrada, porque sé que no voy a encontrar nada en el armario de Jenna. Lo conozco tan bien como el mío. Nos prestamos ropa seguido, al tener una contextura física parecida. Nuestro problema es que tenemos estilos totalmente distintos.

De todas formas, lo abro y comienzo a inspeccionar las prendas una por una. Quince minutos después, Jenna se levanta de su silla y camina pisando fuerte hacia donde estoy.

—¡Ahg! No puedes hacer nada sola —farfulla. Con un caderazo, me desplaza hacia un costado y comienza a buscar furiosamente. Acostumbrada a esta actitud, me tiro en su cama.

Nos tenemos que ir en media hora porque quedamos con Marcus para vernos en la fiesta. Jenna no se lleva bien con él y definitivamente no es capaz de compartir diez minutos en el mismo auto.

Después de unos segundos, Jenna me lanza ropa a la cara.

—Usa eso, te va a quedar bien. Tienes piernas largas y lindas, úsalas bien —declara como una profesional. Sostiene su mentón en alto y vuelve a su proceso de maquillaje.

Su opción es una falda corta color negro de la misma tela que unos vaqueros, y un top bando del mismo color. Me asombra que de verdad me gusta. El top debe ser nuevo porque no he visto a Jenna con esto nunca.

Me apresuro a cambiarme de ropa y una vez vestida, me pongo mis zapatillas Converse negras bajo los ojos entrecerrados de Jenna.

—Luego hablaremos sobre esa decisión —es lo único que dice porque sabe que discutirme ahora es perder tiempo.

Me maquillo lo más rápido que puedo porque Jenna comienza a ponerse pesada. Así que en poco tiempo, delineo mis ojos, arqueo mis pestañas y uso un poco de rubor. Me echo perfume y desconecto mi celular de su cargador antes de que Jenna se vaya sin mi porque ya tiene la puerta abierta y un pie afuera.

—Impaciente, ¿no? —bufo agitada.

—Lenta, ¿no? —contraataca.

Una vez en el ascensor de la residencia, Jenna se queja. Es la vez número mil quinientos que la oigo gruñir en el día.

—Jordyn me saludó hoy —suelta un suspiro pesado. Frunzo el ceño divertida—. Esa chica no me cae bien. Puede hacer lo que quiera con mi hermano, pero que no me moleste a mi, Dios.

A Jenna no le cae bien Jordyn. Todavía me cuesta entender exactamente por qué. Supongo que es por Sawyer. No hay más explicación que eso.

No conozco el lado de Jordyn. Aun así, estoy segura que los sentimientos son mutuos. La realidad es que nunca se llevaron bien, y todo empeoró cuando empezaron a circular los rumores de que Jordyn y Sawyer estaban juntos. Creo que las cosas entre ellos dos no son serias. No sé. De vez en cuando los veo juntos.