La Conquista. [TERMINADA]

23. ¿Prometes guardar el secreto?

Hola! :)

SAWYER.

¿Nunca sintieron tener a alguien en sus vidas que es... teóricamente insoportable pero no pueden alejarlo nunca?

Esa persona para mi es Christopher.

De todas formas, ya me acostumbré a este nivel de intensidad.

—Sigo contándote —dice mientras nos deslizamos por la pista, en los usuales quince minutos que Wells nos da para "despertarnos". Esa técnica funciona para los días como hoy, cuando el entrenamiento empieza a las seis de la mañana.

—¿Qué cosa? —pregunto volviendo a prestarle atención. Últimamente me esta costando concentrarme hasta para hacer la acción más mínima. No dejo de pensar en la situación con mi hermana, y cómo mierda voy a hacer para solucionarlo porque no quiero ocultarle a Mackenzie todo lo que pasó entre Jenna y Marcus. Pero por otro lado, si Jenna hace lo que ya me prometió que hará, muchas cosas pueden entrar en juego. Y para mal.

Chris gira su cabeza para mirarme con ojos entrecerrados.

—Siempre me olvido que a veces te desconectas como el WiFi —bufa y sacude su cabeza para quitarle importancia—. Estaba contándote sobre la fiesta del fin de semana pasado. Adivina qué, por primera vez, Jordyn conversó conmigo por más de cinco minutos y no lucía molesta.

—¿Jordyn? —inquiero casi a punto de reírme.

—¿Qué? ¿Te crees que eres el único capaz de hablarle y llamar su atención, Cap? —interroga con sus cejas arqueadas.

—Jordyn es mi amiga —le aclaro. No hablamos hace mucho pero eso no cambia nuestra amistad—. Y estoy bastante seguro de que estaba jugando contigo.

Chris se ríe.

—¿Y yo qué? ¿Crees que quiero proponerle matrimonio? —resopla divertido.

—Mhm, a Jordyn le gusta la exclusividad —respondo alzándome de hombros—. Y tú seguro agotaste condones por toda la universidad.

—Puedo ser exclusivo —declara, pero la declaración sale más como una pregunta.

—No, no puedes. Además, Jordyn está saliendo con una compañera de su clase de Historia. Creo que se llama Abbie.

—Ahg. Esa chica me hará perseguirla hasta el infinito y más allá como Buzz Lightyear y lo peor es que voy a hacerlo —suspira con una aire soñador—. Tu eres su amigo, ¿por qué no le hablas de mi?

—Chris, si llego a hablarle de ti, será para advertirle —remarco.

Justo en ese momento, Wells hace sonar su silbato y todos volvemos a arremolinarnos a su alrededor, en busca de indicaciones. Junto a él está Jesse, el entrenador de la defensa.

—¿Alguien vio a Cole Hughman? —nos pregunta Wells.

Mierda.

Busco rápidamente a mi alrededor, pasando la mirada por todos mis compañeros de equipo. Cole no está a la vista. Y ya ha pasado media hora desde que la práctica empezó. Wells no tolera siquiera que lleguemos cinco minutos tarde. Siempre nos dice: No me interesa si tienen que ir al baño, si su casa está en llamas o si chocaron el auto por la avenida. Todos llegan a tiempo.

Nadie responde. Ni siquiera Jay que vive con él.

—Esta ya es la tercera vez en dos semanas que no viene a un entrenamiento. Si alguien tiene el honor de hablar con Hughman, pueden decirle que estará en la banca el resto de la temporada.

¿Qué?

Chris y yo intercambiamos miradas.

Cole es un imbécil, pero no puede estar en la banca. No cuando es la mejor defensa que tenemos, no con los playoffs a la vuelta de la esquina.