Prólogo.

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7 de enero del 2024, EE.UU-Miami.

Ruggero P.

—¡Gracias Miami!

Salgo del escenario dejando atrás toda la euforia del público, de inmediato recibo una pequeña toalla acompañada de una botella de agua. Camino por el poblado pasillo del backstage secando el sudor de mi frente mientras me hidrato.

En todo el transcurso a mi camerino recibo palmadas de orgullo y felicitaciones de parte de todas las personas que me rodean.

—¡Felicidades cielo! —recibo el abrazo de mi esposa con los brazos abiertos que salta sobre mi enredando sus piernas en mi cintura, me río por los besos que reparte en mi rostro.

Estoy totalmente satisfecho por este show, a mis espaldas escucho un aplauso que me hace girar sobre mis pies.

—Increíble. Ese show fue una locura Ruggero, felicitaciones.

—Corrección, este tour fue toda una locura  —le corrige Addison—. Todos los shows agotados acá y en latinoamerica, ¿no es increíble mi esposo?

—En eso tienes razón, Ruggero esta vez te superaste.

—Para eso esta la vida, para superarse —les sonrío—. Hay que celebrar este triunfo.

—Sí, pero no celebres tanto esta noche que mañana continúa el trabajo —me recuerda palmeando mi hombro.

—¿Cuándo me darás vacaciones Fran? Me explotas —bromeo.

—En un par de meses, hablaba en serio cuando te dije que este año vamos a trabajar mucho —saca su móvil de su bolsillo trasero y se acerca a la puerta—. Saldré hacer unas llamadas, nos vemos al rato.

Muevo mi cabeza afirmativamente y él sale del camerino. Permito que Addison se deshaga de los botones de mi camisa para librarme del equipo de sonido que llevo debajo. Cuando lo tiene todo a mano lo deja sobre la mesa a nuestro par y pasa sus manos sobre mis hombros.

—Lo has hecho increíble cielo, estoy orgullosa de ti —sonríe acariciando mi mejilla, tomo su mano y beso sus nudillos—. Te amo.

—Yo más —la atraigo a mi rodeando mis brazos en su cintura —. Y esta noche se celebra a lo grande —murmurro haciéndola reír.

—Sé que sí —me empuja lejos de ella sin borrar su sonrisa —. Ahora ve a cambiarte guapo, que te esperan para celebrar este triunfo.

—¿Es un indirecta de qué tienes a medio mundo filtrado en casa con alguna fiesta sorpresa?

—Puede ser —dice con voz cantarina saliendo del camerino. Niego con mi cabeza, esta mujer es todo un caso.

Addison Carvajal es una modelo en ascenso de 26 años, venezolana pero criada acá en Estados Unidos donde su carrera tiene más fuerza. Nos conocimos hace tres años por medio de amigos en común y no fue hasta la altura de siete meses después que nos convertimos en pareja, a finales de ese año nos comprometimos y exactamente hace tres dias tuvimos nuestro primer aniversario de bodas.

Y ya sé que deben de pensar en que todo fue muy apresurado, quizás lo fue pero todo con Addison ha sido así. Obviamente a nuestra familia y amigos les pareció una locura la forma tan apresurada en la que llevamos nuestra relación y no es porque lo hayamos forzado, simplemente surgió.

Ella es una mujer increíble, quedé enamorado de ella desde el primer momento. Me atrevo a decir que tuvo el mismo flechazo por mi y desde ese entoces no pudimos detenernos. Addison es hermosa con su piel trigueña, su larga melena castaña, sus ojos color chocolate y su figura alta y delgada porta las suficientes curvas como para sobresalir. Y no mentiré, su físico fue lo que me atrapó, pero su forma de ser es la razón por la cual decidí quedarme en su vida y convertirla en mi esposa.





Las Secuelas De Amarte (EPDA Version)Where stories live. Discover now