¥Capítulo 02¥

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Capítulo 02: La vida y sus vueltas.

12 de Enero del 2024.

Karol S.

Veo la gran mansión a unos metros de mi y sólo puedo darle una profunda calada a mi cigarrillo como si a través del humo pudiera encontrar las fuerzas para sobrevivir a esta situación sin terminar de perder la poca cordura que me queda.

Dejo escapar todo el humo de mis pulmones al tiempo en que dejo caer la colilla en el suelo de piedra para apagarlo con la punta de mi tacón, me asomo dentro de mi auto para alcanzar mi bolso de donde saco una menta y mi perfume para aplicarmelo hasta en el cabello. Acomodo mi pelo y retoco mi labial, por último ensayo mi sonrisa antes de cerrar mi vehículo y comenzar a encaminarme a la entrada.

—Sólo serán unas horas Karol, tú puedes —me aliento mientras estiro la mano para tocar el timbre. Espero pacientemente a que la puerta sea abierta por alguien.

Y por suerte ese alguien es Stefan, automáticamente la tensión se disuelve al encontrarme con sus ojos color café que brillan en fascinación al verme.

Aquel hombre de ojos cafés, cabello castaño oscuro, piel bronceada y una prolija barba de unos cuantos días tiene su cuerpo en forma envuelto en una camiseta de cuello color blanco acompañados de unos jeans y calzado en unas deportivas en conjunto, a pesar de que este suele ser sus looks relajados de fin de semana nunca perderá esa esencia elegante y persuasiva que tanto lo caracteriza. Y sí, este ensueño de hombre es mi prometido.

—Hola preciosa —sus manos abarcan mi cintura atrayéndome a su cuerpo, dejo mis manos sobre sus hombros acariciándolos mientras correspondo al beso que me da.

Ahora soy yo quien lo ve con una sonrisa cuando nos separamos—. Hola guapo.

—¿No trajiste las llaves qué te di? —pregunta haciéndome pasar por completo, cierra la puerta y niego cuando gira a verme.

—Se me olvidaron —miento. Me había dado una copia de las llaves de su casa hace unas semanas pero adivenen quién las perdió el mismo día.

—¿O las habrás perdido? —deduce ganándose una mirada indignada de mi parte.

—Claro que no, las tengo bien guardadas —entrelaza mi mano con la suya.

—Te creeré.

—Digo la verdad —insisto dejando que me guíe por todo el lugar.

Siento que nunca me acostumbraré a la inmensidad de su casa, justo al cruzar con el recibidor te encuentras de llano con la escalera de madera y cristal que casi sirve como un marco que le da entrada a la amplia sala, el primer nivel carece de una cocina, comedor, dos salas, el gimnasio, la sala de cine y una habitación. Arriba hay cuatro habitaciones más, otra sala y una terraza. Al fondo de la sala principal hay un ventanal que conecta con el segundo nivel dando una vista plena al jardín que disfruta de otra terraza techada que trae una sala y otro comedor al aire libre, un área de recreación, una piscina infinita y al final de todos aquellos metros que sobran se encuentran el puerto del largo donde están sus vehículos acuáticos. Todo muy sencillo y humilde como verán.

Y no voy a mentir, la primera vez que vine a su para nada humilde hogar casi se me salen los ojos con tanto lujos y aquello simplemente fue el golpe que necesité para darme cuenta que realmente estaba salieron con un millonario con todas sus letras. Pero la impresión de su hogar se dispersó con un par de visitas más, porque aunque me parecía hermoso su lugar no fue más que una primera impresión y ahora que básicamente vengo a diario pienso en la falta de ambiente familiar y acogedor que le hace falta, literal esta a nada de parecerse a un museo.

Las Secuelas De Amarte (EPDA Version)Where stories live. Discover now