Las Secuelas De Amarte (EPDA Version)

¥Capitulo 30¥

Capítulo 30:. Incondicional.

2 de Marzo del 2025, Madrid-España.

Ruggero P.

Me bajo de la camioneta y me quedo parado en la puerta esperando que Fran saque el coche de Enzo del maletero, cuando logra abrirlo me inclino a tomarlo para dejarlo dentro de este bien acomodo.

Mi amigo nos guía dentro del teatro, cruzando las puertas somos recibidos por todo el ruido de la prueba de sonido. Saco del bolso los auriculares para ponérselos a Enzo y protegerlo del ruido, Julia es quien nos recibe con los pases en manos. Me dan ganas de hacerle alguna burla por el dramatismo de su saludo repleto de muestras de afecto pero prefiero ahorrarme que quieran molestarme cuando esté con Karol.

—Hola Rugge —la pelirroja me da un breve abrazo antes de colgarme el pase en el cuello, también se asoma a saludar a Enzo—. Bueno, vamos al venue. Karol esta por terminar su prueba de sonido.

La seguimos por las instalaciones y dentro del venue se escucha aún más la voz de Karol y aunque quisiera salir a verla le doy un poco de prioridad a mi reencuentro con Carolina que tan rápido me ve se acerca con una gran sonrisa.

—Ruggero —abre sus brazos para recibirme con un fuerte abrazo.

—Hola mamá turbo —beso su mejilla antes de soltarla—. ¿Cómo está? Ya la extrañaba.

—Ay yo también te extrañaba Rugge —acaricia mi mejilla antes de que su mirada se vaya al cochecito—. Dios mio.

Me río por como lleva una mano a su boca sorprendida y conmocionada, me mira sin creerlo—. ¿Puede cargarlo?

—Claro, ya quería que conocieras a Enzo —la incito.

Observo atentamente como lo carga, Enzo la mira con curiosidad mientras que a Carolina se le ilumina la mirada mientras le habla con suavidad—. Es que no puedo creerlo —me mira conmocionada y se ríe—. No puedo creer que ya seas papá.

—Eh si, yo tampoco —me río también.

—Es igual a ti y a Addison, aunque se parece un poco más a ti —dice admirándolo con una sonrisa—. Que precioso, Dios me lo bendiga.

—Madre mía, hola Ruggero ¿ese es tu bebé? —de la nada aparecen Oliver y Mimi que sólo me saludan fugazmente ya que Enzo en el centro de atención—. Dios mio, si es igual a ti. Es un bombocito italiano.

—Pero que cosa ni más bella —secunda Mimi viéndolo sobre el hombro de la mexicana mayor—. Bendito sean esos genes, pero que bonito les salió el chamaco.

Me echo a reír ante las barbaridades que sueltan, Carolina le saca los auriculares cuando están por caérseles y porque también ya no hay ruido que lo pueda aturdir. Escucho mi nombre ser gritado a mis espaldas, al girarme me topo con Karol que corre hacia a mi.

Al verla correr abro mis brazos listo para recibirla cuando salta sobre mi, mis manos se aferran a sus muslos cuando rodea sus piernas en mis caderas, las suyas agarran mi cuello mientras nos besamos fervorosamente con ganas de recompensar todos esos días de distancia entre ambos, cierro mis ojos disfrutando de sus labios que saboreo como si fuesen un dulce.

—¿Hola? ¡Seguimos en horario familiar!

—Desde aquí veo como se están metiendo la lengua hasta la garganta.

—¡No coman delante de los pobres!

Entre risas rompemos nuestro beso, sentimos como nos llegan azotar con algún trozo de tela pero nuestra atención esta en el otro, Karol estira sus labios en un gran sonrisa que me infla en pecho—. Hola mi amor.