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Capítulo 16: Monstruo.

15 de Julio Del 2024, Miami-EEUU.

Ruggero P.

—¿Karol qué haces?

La oji-verde me mira del otro lado del cristal con desaprobación, aprieto mis labios conteniendo mi risa—. Bajando el micrófono porque no lo alcanzo.

—¿Ah no? —me carcajeo balanceándome en mi silla.

—¡Sé que me lo pones así de alto a propósito cada vez que me toca grabar! —me reprende provocando que suelte todas mis carcajadas.

—Te juro que no.

—Ti jiri qui ni —ironiza sacándome su dedo corazón.

—¿Te ayudo a bajarlo?

—No, porque si entras te voy a golpear en la cabeza con el micrófono —advierte mientras termina de acomodarlo.

—Bueno, ya. Cuando estés lista pequeña, me avisas —digo aun tentando acomodando mis audífonos.

—Ya estoy lista —refunfuña.

Presiono el botón haciendo correr la pista, Karol comienza a cantar sus estrofas y me quedo analizando cada parte para ver que modificaciones hay que hacer.

Me quedo pensando en lo bien y motivada que llegó hoy después de ese mal episodio en Italia, a la mañana siguiente Addison me contó que ella fue a agradecerle por haberla ayudado aunque parecía morirse de la vergüenza. Yo si no tuve oportunidad de verla hasta hoy que habíamos quedado en grabar un demo de la ultima canción que compusimos, se ve más tranquila.

Termina de cantar su parte, detengo la pista acercándome al micrófono para que me escuche dentro de la cabina—. Esta bien, pero quedaría mejor si la última linea de la estrofa la alargues en una nota más alta.

—No —lloriquea—. Alta no.

—Alta si —sentencio, ya era una lucha diaria con ella el asunto de hacer notas altas porque hasta el sol de hoy seguía teniéndole terror.

—Me va a salir horrible.

—Que no, vamos, inténtalo —no le soy chance de replicar, vuelvo a correrle la pista y a duras penas empieza a cantar. Hace la nota, pero no queda bien—. Te salió horrible.

—Aw gracias, con esa motivación me cortaré las cuerdas vocales.

—Karol, tu y yo sabemos que la puedes hacer. No te hagas.

—Ya la hice y me salió horrible, lo dijiste.

—Porque lo haces con miedo, te reprimes. Deja que tu voz se abra bien, pon en práctica los ejercicios de respiración.

—Esta bien —gruñe, vuelvo a correrle la pista y empieza a cantar pero la tensión en su cuerpo la traiciona y vuelve a fracasar. Resopla frustrada—. Hoy no sirvo.

—Debes de relajarte.

—Estoy relajada.

—No, estas tensa ¿qué pasa?

—¡Nada!

—¿Entonces qué hacemos?

—No me gusta hacer notas altas.

—¿Por qué? Si te salen perfectas.

—Estoy oxidada ¡¿okey?! Mejor hazlas tu.

—La haremos los dos.

—Odio cuando te pones insistente.

La ignoro poniéndome de pie, me quito los audífonos y abro la puerta de la cabina para entrar. Me ve de brazos cruzados.

Las Secuelas De Amarte (EPDA Version)Where stories live. Discover now