Las Secuelas De Amarte (EPDA Version)

¥Capitulo 26¥

Capítulo 26: Fare il grande passo.

30 de Enero del 2025, Madrid-España.

Karol S.

La clave del éxito es la disciplina.

Vivir del arte implica muchas cosas: sacrificio, perfección, evolución, responsabilidad, creatividad, disciplina e inversión. Es una ruleta rusa, para quienes empezamos desde cero nos toca a apostar y la posibilidad de ganarnos la lotería es tan alta como la de fracasar y vivir estancandos en este mundo siendo un artista frustrado.

Lo primero que aprendí cuando puse un pie en este mundo era que la disciplina debía de ser mi prioridad, en el momento que me di cuenta que ver mi carrera como un juego podía llevarme a la ruina tuve que poner mis cartas sobre la mesa y decidir la forma en la que vería las cosas. No podía darme el lujo de fallar porque un paso en falso significaría la primera grieta que me guiaría al fracaso.

¿Me toca patinar? Lo aprendo. ¿Tengo qué tocar algún instrumento? Tomo clases. ¿Necesito hablar otro idioma para tener más oportunidades? Busco un tutor. ¿Debía de convertirme en una stripper? Sacrificaba mi cuerpo en las clases de pole dance. ¿Me toca irme a cualquier lugar del mundo para ser parte de algún proyecto qué me favorecía? No había problema, ya sé irme sin mirar atrás. ¿Tengo que adaptarme a otra cultura? Lo hacía. ¿Es necesario qué mi voz esté a la altura de algún proyecto? Seguía tomando clases para evolucionar. ¿Me toca convertirme en una bailarina contemporánea? Tuve tres semanas para convertirme en una y lo hice.

Y de eso se trata, de adaptarse y tomar los retos para escalar cada escalón que nos lleva a la cima. Las personas creían que mi carrera ya estaba resuelta tras ganar un premio, pero ¿a caso yo tenía el lujo de sentarme a descansar porque sería más sencillo pasar un casting por convertirme en una actriz de renombre y codiciada? No, porque si me descuido tendría que empezar de cero y eso no es lo que me toca, me toca seguir buscando oportunidades y crecer dentro de ellas, prepararme. Si puedo presumir de una colección de protagonismos no era por mi cara bonita, es por todo lo que ofrecía siendo una artista todo terreno como coloquialmente dirían.

No me calificaría como una de las mejores bailarinas dentro de mi campo a pesar de que me sé defender y aprendo con facilidad, mi nuevo reto era convertirme en la mejor bailarina contemporánea porque es lo que define a mi personaje. Llevo tres semanas sumergiéndome en un género que era ajeno a mi y de la mano de Jorge que si bien se ha caracterizado por ser un bailarín perteneciente a este arte ha tenido que quitarse la oxidación y retomar algo que no practicaba hace años pero que aún seguía en él porque no hay nada más cierto que el hecho de que lo se aprende jamás se olvida y menos si tu cuerpo tiene memoria.

Mi vista se enfoca en el espejo fugazmente antes de extender mis piernas deslizándose en el suelo con precisión, me recojo rodando sobre este mismo hasta que su mano toma la mía y me incorporo de un salto que me obliga a rodear mis piernas en sus caderas antes de soltarme cayendo hacia atrás para mecer mi cuerpo en un círculo imaginario que casi hace rozar mi cabeza con el suelo, vuelvo a estar a la altura de su rostro rodeando mis brazos a su alrededor, nuestras narices de rozan y poco a poco nuestro agarre se desvanece volviéndome a dejar con los pies en el suelo.

Nuestros pechos suben y bajan con velocidad al detenernos después de pasar unos largos minutos en constante movimiento, el cansancio aparece pero las sonrisas en nuestros rostros persisten.

Los aplausos nos hacen enfocarnos en nuestra coach Leticia que nos ve conforme—. Perfecto, les ha salido simplemente perfecto —aprueba.

—Gracias al cielo porque mis piernas no dan más —suspiro con alivio.

—¿Eso significa qué terminamos? —pregunta ilusionado mi amigo.

—Ya son libres —afirma entre risas al ver nuestras expresiones de alivio—. Dramáticos.