Capítulo 6- Tuvo que ir a una cita a ciegas

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Antes de llegar, Xie Qingcheng había escuchado que esta joven se preocupaba mucho por los ingresos de los hombres, pero no esperaba que después de decirle que su salario no era realmente demasiado alto, esta chica siguiera sin perder su entusiasmo.
Bai Jing sonrió:

-El profesor Xie es un verdadero intelectual, es realmente modesto. Es difícil encontrar un hombre tan sincero hoy en día"

Xie Qingcheng:
- ...

-El profesor Xie parece tener también buen gusto, es un hombre que sabe cómo disfrutar de la vida, ¿no?

Xie Qingcheng frunció el ceño:
- No, yo..."

- Me doy cuenta por tu forma de vestir.

Xie Qingcheng:
- ...

Estuvo un rato inseguro, hasta que Bai Jing se contuvo y le dijo:

- Profesor Xie, esa camiseta que lleva es un modelo genuino de nuestra marca, sólo había unas diez en todo Shanghái en ese momento, es tan rara que ni siquiera estaba disponible para la compra por internet, es usted realmente discreto.

Sólo entonces Xie Qingcheng se dio cuenta finalmente de que la razón del ambiente enrarecido en esta cita a ciegas era esta muda de ropa que He Yu le había prestado casualmente.
Reflexionó por un momento sobre las palabras de la chica, y luego recordó las palabras que He Yu dijo a la ligera:

-No es necesario devolverla. No estoy acostumbrado a usar ropa que ha sido usada por otros. Puedes tirarla después de usarla, además es vieja.

- ...

Capitalismo perverso. Bai Jing sonrió:

-Profesor Xie usted no está siendo muy sincero conmigo en esta cita, este outfit suyo vale casi lo mismo que salario de muchas personas en un año, y es difícil comprarlo en China sin algunas conexiones, ¿y usted no me invita a un café?

Xie Qingcheng dijo:
-Es un malentendido. Tome prestado esta ropa de un amigo.

- ¿Lo tomaste prestado?
Los ojos de Bai Jing se abrieron al instante.

La conversación que siguió fue un tanto mediocre, la cita a ciegas volvió a la realidad después de que la extasiada hermana Bai se enterara de la verdad.
El interés de Bai Jing por él disminuyó notablemente y, aparte de obligarle a hacerse una foto juntos, siguió tomándole fotos a los postres y girando la cámara para fotografiarse a sí misma. Algunos clientes le enviaban ocasionalmente mensajes en medio de la cita, y ella respondía sin reparos directamente por mensaje de voz...

[Sra. Zhang, no se preocupe, esa bolsa de edición limitada por supuesto que está reservada para usted. Por Dios, no hace falta que me envíe un regalo de agradecimiento, es muy embarazoso]

[Sr. Wang, el vestido que encargó la última vez ha llegado, ¿cuándo le conviene venir a la tienda? Sí, fue alterado de antemano a su tamaño, talla grande, pero el cierre delantero tiene que ser de 2 cm, no se preocupe, lo tengo todos los detalles anotados aquí.]

La comida fue inusualmente incómoda y al terminar Xie Qingcheng pagó la cuenta y volvió a mirar a Bai Jing. Esta niña tenía casi la misma edad que sus propias alumnas. Desde el principio no iba con ninguna sinceridad a las citas a ciegas, y lo hacía puramente para cumplir el deseo de la Tía Li, así que no se tomó a pecho las palabras y acciones de la niña. Además, era muy paternalista para dejar que se fuera sola, así que aún le dijo:

-Llamaré a un coche para ti.

-Oh, sí, sí.
Bai Jing le contestó despreocupadamente:
-Entonces molestaré al profesor Xie.

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