Capítulo 89: A sus trece años

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一Si esta es la última verdad que puedo restaurar, si esta verdad puede hacerte sentir aliviado al final.

一Entonces te lo diré.

一一一一一

Hace diecinueve años, Yanzhou.
Un Xie Qingcheng de trece años, llevaba una mochila, caminando por la entrada de un callejón en un severo invierno.  
Tenía un Nokia de pantalla verde en la mano, lo más valioso que tenía en su cuerpo. Sus padres se habían ido hace unos meses. Durante los últimos meses, Xie Qingcheng era como un rayo de alma abandonado en el mundo, los continuos golpes dejaron su corazón vacío. Se había derrumbado, había estado desesperado y había tenido numerosas discusiones violentas con otros. Pero, ¿qué sentido tenía?

Se despertaba innumerables veces en la noche, soñando con el día en que le notificaron de la muerte de sus padres.
Aquel día llovía mucho en Huzhou, y él estaba en el aula de su escuela, como todos los alumnos normales, tomando una prueba de matemáticas.
El director entró de repente, el maestro lo saludó, y se dijeron algunas palabras en voz baja. El maestro de matemáticas inmediatamente dejó salir un suspiro.
Los alumnos sólo miraron hacia arriba, con sus expresiones adormecidas, en sus ojos incluso flotaban vagas imágenes de ecuaciones y números, antes de que todos volvieran a mirar hacia abajo y corrieran contra el reloj para seguir trabajando en las ecuaciones.

Xie Qingcheng ni siquiera levantó la vista, estaba verificando el procedimiento al responder la última pregunta. La chica que estaba a su lado lo miraba disimuladamente, sin que pudiera saberse si lo hacía para ver su respuesta o por su cara atractiva. De repente una sombra se proyectó sobre la hoja del examen de Xie Qingcheng.
Xie Qingcheng detuvo la punta de su bolígrafo, levantó la cabeza, y frunció el ceño ligeramente mientras miraba al director que se había acercado a su asiento. No era como cualquier otro estudiante ordinario, podía verse con solo mirarlo a los ojos. Sus ojos eran muy agudos, tranquilos y claros, rara vez estaba confundido o adormecido. No sé dejaba preocupar por ningún tipo de asuntos y no se veía atormentado por el conocimiento, sino que solía estar a gusto con él.

No hay profesor al que no le guste un alumno así. Era la primera vez que Xie Qingcheng ponía los ojos en el director, pero este no sonreía. Se quedó un poco aturdido por un momento, sin saber lo que estaba pasando, él era una persona que no se metía en problemas.

一Xie Qingcheng

El director le dio una palmadita en el hombro con una expresión extraña, como si estuviera muy deprimido. Sus gruesas gafas reflejaban la luz de las lámparas fluorescentes, ocultando la mayor parte de sus emociones.
Pero Xie Qingcheng oyó un temblor en su voz, como las reverberaciones al pulsar una cuerda de piano.

一Sal un momento.

Los estudiantes de la clase estaban desconcertados, el examen ya no era importante. Todos mantuvieron su cuello en alto y observaron como Xie Qingcheng dejaba el aula después de seguir al director.

一¿Qué está pasando?

一¿Por qué decirle que salga en este momento?

一El no comete errores, ¿hizo trampa?

一De qué estás hablando... ¿Necesita hacer trampa...?

Todo el mundo murmuraba hasta que el profesor de matemáticas dio un golpe en la mesa:

一¿A qué vienen esos murmullos?  ¡A sus exámenes!

Pero después de que los reprendiera, su mirada no pudo evitar fijarse en los dos hombres que habían desaparecido al final del pasillo: si los estudiantes se hubieran fijado bien, habrían visto que la sangre se había drenado de la cara del profesor de matemáticas. El profesor de matemáticas agarró temblorosamente el vaso térmico que tenía sobre su mesa, lo abrió y bebió un sorbo del agua caliente que había en su interior. El agua caliente se deslizó por su garganta, calentando a duras penas su pecho que se había enfriado de repente por la impactante noticia. 

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now