Capítulo 15- Dormimos en el sofá cama

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Los dos estaban de pie en este pequeño salón, que acababa de ser desalojado, no había nada más, sólo un viejo sofá cama, una silla para la ropa, el mobiliario era como salido de alguna especie de whiskeria que debería ser investigada por las autoridades, se veía muy raro. (1)

  

He Yu: "......"

  

Xie Qingcheng: "......"

  

He Yu tiró el teléfono y se volvió hacia Xie Qingcheng: "Por qué no descansas, estás viejo".

  

Xie Qingcheng se enfurruñó: "¿Necesito que me den un asiento y una cama?"

  

He Yu llevaba mucho tiempo cansado y no quería gastar energía en discutir con Xie Qingcheng: "Olvídalo, este sofá cama no es pequeño, no te molestaré cuando duerma, ¿te importa?"

  

En este punto, incluso el apuesto joven cedió.

  

He Yu nunca había dormido con nadie, y en sus recuerdos, la cama era sólo un lugar para descansar, pero Xie Qingcheng era diferente, los hombres casados siempre tendrían algunos sentimientos extraños al compartir la cama con otra persona.

  

Por lo tanto, Xie Qingcheng frunció ligeramente el ceño: "No tengo sueño, me sentaré".

  

Pero su rostro estaba un poco pálido, y aunque se había mantenido firme, había un rastro de fatiga que no podía ocultarse en sus ojos.

  

He Yu dijo: "No voy a comerte, así que ¿de qué tienes miedo? ¿Temes que me vuelva loco y te mate en medio de la noche?"

  

Xie Qingcheng: "...... ¿De qué demonios estás hablando?"

  

Este joven enfermo mental es en realidad bastante sensible.

Xie Qingcheng también está muy somnoliento. El día fue tan tumultuoso que hasta las fuerzas de una bestia deberían agotarse. No tenía fuerzas para darle más vueltas con He Yu, así que suspiró: "Entonces vete a dormir".

  

Cuando terminó, cayó de espaldas y se tumbó en el sofá cama, quedándose dormido de lado, de cara a la pared. Al cabo de un rato, sintió que el otro lado de la cama se hundía ligeramente, y entonces oyó el sonido de He Yu acostado no muy lejos de él.

  

Xie Qingcheng todavía estaba un poco incómodo, no le gustaba la idea de que alguien durmiera en el otro lado de la cama. Especialmente He Yu que es joven y caliente. Incluso aunque los dos no estaban cerca el uno del otro, en este espacio tan pequeño, Xie Qingcheng todavía podía sentir claramente su calor y su respiración. E incluso, cuando el entorno estaba tranquilo, podía oír la ligera respiración de He Yu.

Xie Qingcheng no podía relajarse.

  

Siempre había sido un hombre de familia, un protector. Cuando era muy joven, Xie Xue dormía a su lado, luego fue Li Ruoqiu. Las que apenas podía dejar entrar en su territorio eran el tipo de mujeres que necesitaban confiar en él.

  

Pero el aura de un chico de dieciocho o diecinueve años era diferente, esa misma aura hormonal y varonil era lo que incomodaba a Xie Qingcheng, el sentido de agresividad que le daba He Yu era demasiado pesado para que se acostumbrara.

Libro de Casos ClínicosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora