Capítulo 70: Lo bese en un bar

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En un cine en Huzhou

‘Dang, dang, dang, dang´, sonó el efecto sonoro de apertura de la película.
Hubo un clic. La cinta de la película empezó a girar, la pantalla se iluminó y la historia comenzó a desarrollarse frente a los ojos del público.
Eran las vacaciones de invierno. Los filmes que se proyectaban eran los que estaban programados para  la temporada invernal y de fin de año. Muchas de ellas tenían repartos de lujo, efectos especiales exquisitos y bellas escenas que parecían flores naciendo en cada fotograma. El flujo de la historia hacía que los actores y actrices mostraran su carne, el drama estaba en el escenario, y se podía oler el olor de los billetes del financiamiento quemados incluso desde el otro lado de la pantalla. Pero en cuanto a la trama, eran tan malas que hacían que hasta se te adormeciera la cabeza. He Yu miraba con atención al principio, pero cuando vio que la protagonista femenina mataba a su padre y a su madre adoptivos por su incomprensión al protagonista masculino, no pudo soportarlo más. Y obviamente no fue el único que perdió el interés.
La pareja sentada a su izquierda comenzó a besarse, sin importarle la sangre salpicada en la pantalla, sino simplemente besándose hasta la saciedad, mordiéndose los labios y coqueteando el uno con el otro, creyendo que mantenían la voz baja, pero en realidad, desde el asiento a su lado podían oírlos.

—Dame otro beso, baobei.

—¡Shhh!

—Sólo uno más.

—Eres tan molesto.

—Sólo uno más, uno más y ya.

—¡No! Solo concéntrate en la película.

—Sé bueno, sólo un beso más. Si no me besas, yo te besaré a ti...

He Yu era así. Si no hubiera nadie coqueteando a su lado, podría haberle hecho algo todavía peor a Xie Qingcheng. Pero una vez que las personas de al lado lo hicieran, no tendría ningún interés en ello.
Ahora que la pareja de perros estaba haciendo tanto ruido, él estaba relativamente tranquilo, sin mostrar ninguna expresión. Levantó la coca, mordió el sorbete y tomó un sorbo con total indiferencia. Pero cuanto más se besaban aquellos dos, más tironeaban y se retorcían. He Yu lo soportó por un tiempo y finalmente no pudo evitarlo. En un segundo en que la pantalla brilló temblorosa, les dió a ese par de perros una mirada.
Y se quedó ciego con la vista.
Se dio cuenta de que las dos personas que se besaban y abrazaban no eran un hombre y una mujer, aunque uno de los varones tenía la voz fina y algo andrógina, era evidente que ambos tenían nuez de Adán en la garganta y que eran… gays. El homófobo He Yu, que a los funcionarios les dejaba encender hogueras, pero a la gente ni siquiera una vela, casi se atragantó con un sorbo de cola: 

—¡Ejem!

Xie Qingcheng estaba viendo el pésimo drama con la cara apoyada en su mano, cuando la repentina tos de He Yu a su lado le sobresaltó.

—¿Qué pasa?

—¡Cof! Estoy bien.

Cerró los labios con desgano y luego dijo en voz baja:

—Hay dos gays sentados a mi lado.

Xie Qingcheng miró a la izquierda de He Yu. Los dos amantes seguían utilizando el cine como hotel, besándose con frenesí, casi haciendo el amor en la sala.

Xie Qingcheng:
— ...

Entre qué la película era tan mala, y que el público a su lado estaba representando una escena xxx, esta no era una buena manera de pasar el tiempo. Así que Xie Qingcheng pensó que podían irse y no perder 120 minutos de su vida. Pero justo cuando iba a decírselo a He Yu, la pareja que estaba a su lado, probablemente a causa de la lujuria y que no podían contenerse, el hombre más alto arrastró al otro con él, se levantaron en seco y se fueron.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now