Capítulo 52: Para hundirme en el abismo con él

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Xie Qingcheng no era consciente de que He Yu ya había colapsado porque su entendimiento del mundo y su credo habían sido destruidos, y que se le había ocurrido la idea de cambiar sus propias reglas del pasado desde dentro hacia fuera. Pero en el momento en que fue sometido por He Yu, levantó de repente la mano que He Yu no sujetaba y agarró una botella de vino que tenía a su lado y luego, sin pestañear, la hizo añicos. Los ojos de He Yu se ensombrecieron:

—¿Qué estás haciendo?

Xie Qingcheng había sido atormentado por el vino de ciruela de 59 grados y su cuerpo ardía de deseo. Su respuesta fisiológica era tan abrumadora que se sintió mentalmente destrozado, pero no era el tipo de persona que se rindiera fácilmente. No dijo nada, sólo jadeaba pesadamente. Levantó esos ojos, miró el rostro de He Yu como un guepardo y luego levantó la botella de vino rota y, sin pestañear, ¡se la clavó en su propio brazo! La sangre brotó de inmediato!
Xie Qingcheng cerró los ojos de repente y se mordió el pálido labio inferior.
Un dolor agudo lo sacó del fango de la lujuria y el calor. Xie Qingcheng bajó lentamente el arma homicida manchada de su sangre, echó la cabeza hacia atrás con el pecho agitado y se apoyó en el tablero de la mesa de café.
He Yu lo miró fijamente con una mirada muy dura. La forma en que jadeaba, la forma en que su camisa estaba ajustada, la forma en que su solapa estaba manchada de vino, la forma en que su brazo sangraba...   
Mientras lo observaba, sujetó el brazo de Xie Qingcheng con un apretón mortal; las cálidas gotas de sangre se filtraron entre sus dedos. Hubo silencio a su alrededor. En este breve momento de claridad, Xie Qingcheng se esforzó por ajustar su respiración mientras miraba al joven frente a él con los ojos húmedos. Tras un momento de respiro, dijo con voz ronca:

— He Yu, déjame preguntarte…En realidad... todavía te importa lo que dije en esos viejos vídeos, ¿no?

He Yu no dijo ni una palabra, dejando que la sangre de Xie Qingcheng se acumulara como gotas de lágrimas cayendo entre sus dedos, gota a gota y salpicando en las frías baldosas del suelo..No era sólo el viejo vídeo.      
Pensó incluso en las noticias de aquellos años pasados, ya las conocía todas. Pero finalmente, He Yu sonrió fríamente y dijo con lentitud:

— Me has hecho esa pregunta y ya te he dicho la respuesta: no me importa, ¿a quién más le importa eso?

—Pero no eres tan bueno mintiendo. Si realmente no te importara, no estarías así hoy.

El rostro de Xie Qingcheng estaba cubierto de  sudor y no dejaba de jadear, sabiendo que no podría calmarse por mucho tiempo, y que sólo podría persuadir a He Yu para que fuera sensato, o al menos sobrio, en el poco tiempo que tenía.      

He Yu:
— ...     

— Niño... para ser honesto... yo era... en ese entonces…m

La medicina era tan fuerte que pronto empezó a extenderse de nuevo y comenzó a apoderarse de su torrente sanguíneo y a fluir hasta las yemas de sus dedos. Xie Qingcheng cerró los ojos con fuerza y cuando los abrió, estos se llenaron de una dolorosa humedad, pero aún así la reprimió y se tragó el nudo en su garganta.

— La razón por la que no quise quedarme como tu médico personal en aquel entonces no fue porque te tuviera miedo, ni porque me preocupara que te convirtieras en el segundo Yi Beihai y yo, en el próximo Qin Ciyan tampoco. Tenías catorce años cuando te dejé, He Yu. Podria quedarme contigo siete años u otros más, pero, ¿podría quedarme contigo el resto de tu vida? Seguir contigo cuando te gradúes y trabajes, cuando tengas una familia con hijos. No es realista, sólo soy un médico. Tarde o temprano ibas a tener que salir de las sombras que llevas dentro por ti mismo. Eso es lo que pensé, así que me fui.   

Xie Qingcheng se detuvo, observando la figura de He Yu con sus propios ojos.

— He Yu, creo que deberías entenderlo. ¿Cuántas personas en este mundo tienen dificultades para vivir? No tienes que ir a ningún otro sitio. Sólo tienes que ir a la entrada del hospital, a la entrada de la unidad de cuidados intensivos, a la entrada de la sala de reanimación y puedes echar un vistazo. Sé que es duro para ti, pero al menos sigues vivo. No deberías…

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now