Capítulo 14- hablando sobre el pasado y los secretos

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"Xie Qingcheng, ¿por qué te metiste en el fuego conmigo hace un momento?"
  
Después de calmar fácilmente a Xie Xue y hacer que se sentara de nuevo en el taburete y descansara con las otras personas rescatadas, He Yu y Xie Qingcheng recibieron los regaños de los bomberos. Una vez terminados los regaños, los dos se hicieron a un lado y He Yu dió una mirada a Xie Qingcheng que estaba encendiendo un cigarrillo y fumándolo, cigarrillo que le había pedido a un policía. Sintió que no podía ver a través de sus acciones anteriores, así que se lo preguntó.
  
"La mitad a la que fuiste todavía no era particularmente peligrosa". Xie Qingcheng dio una bocanada a su cigarrillo y exhaló lentamente, esta vez completamente relajado.
  
Los chispas brillaban y se oscurecían entre sus dedos, mientras las cenizas caían a la nieve.
  
"Háblame de tu situación". Xie Qingcheng se soplo el polvo de las cenizas y miró al frente: "Cuándo empezó".
  
Estaba preguntando por la compulsión de la sangre.
  
He Yu: "...... Poco después de que te fueras. Conocí a un enfermo mental cuando fui a un hospital privado para una revisión y la descubrí por casualidad. Utilicé mi sangre como cebo y me hicieron caso. --¿Sabías de esta situación?"
  
"Sí". Xie Qingcheng tosió suavemente y dio otra calada a su cigarrillo, tratando de hablar con la mayor suavidad posible: "La compulsión de sangre, una mutación del ébola mental. ...... No has hablado con nadie más sobre esta condición, ¿verdad?"
  
He Yu sonrió, con los ojos un poco oscuros: "Sólo tú lo sabes".

"......"
  
"Si un día quiero matar a alguien, te mataré a tí".
  
Xie Qingcheng le dirigió una mirada fría: "Sólo inténtalo".

El cigarrillos que le dio el policía no era del agrado de Xie Qingcheng, demasiado fuertes y en realidad eran de esos que tenían perlas mentoladas, Xie Qingcheng se atragantó varias veces al fumarlo, y un poco molesto, apretó el cigarrillo.
  
"No le digas a nadie más sobre esto. Tampoco le digas nada al médico".
  
"No soy tan estúpido, Xie Qingcheng." Dijo He Yu débilmente. Era realmente un hijo de la nobleza, incluso después de todo lo que había pasado, seguía siendo el mejor vestido de la multitud, luciendo esbelto y guapo como el infierno, y varias de las personas rescatadas a su lado le robaban miradas.
  
"El ébola mental ya me convierte en un caso aislado, y con esta capacidad de hacer que los enfermos mentales obedezcan mi voluntad, no podría vivir en paz en el futuro".
  
"Pero Xie Qingcheng, tienes que recordar..."
  
Se acercó de repente, sus ojos albaricoque observaron con indiferencia el rostro de Xie Qingcheng, moviéndose lentamente: "Estos ojos tuyos son los únicos que han presenciado todo esto".
  
Estaba tan cerca que sus pestañas parecían tocar las de Xie Qingcheng, su voz era baja y lenta en los oídos de Xie Qingcheng, de modo que él era el único que la oía en medio del caos.

Era como un murmullo, pero también como una amenaza.
  
"Esta boca tuya es la única que revelará la verdad".
  
Su mirada se posó de nuevo en los labios de Xie Qingcheng, como si fuese a acariciar esos finos y pálidos labios, recorriendolos de un lado a otro, su mirada era ligera, pero la intimidación que se escondía dentro era pesada.
  
Xie Qingcheng estaba ahora envuelto en una prenda que fue preparada por los bomberos para los rescatados.
  
Se puso delante de él, mirándole a la cara mientras levantaba la mano para enderezar el cuello de la ropa de Xie Qingcheng - esta forma de enderezar su ropa parecía educada para los demás, pero sólo Xie Qingcheng y He Yu sabían en sus corazones que He Yu estaba usando mucha fuerza cuando enderezaba su ropa, y el cuello se apretó silenciosamente, lo que seguía siendo una advertencia y coacción.
  
Sonrió con especial delicadeza y astucia cuando terminó de enderezarlo: "Entonces, el secreto...".
  
"Puedes conservarlo, ya lo tienes".
  
"Manténlo bien apretado ahí, no dejes que se escape".
  
Xie Qingcheng se mostró frío: "¿Me estás amenazando?"
  
"No me atrevería. Es sólo un recordatorio". La mano de He Yu bajó del cuello de Xie Qingcheng y suspiró: "Yo también quiero vivir una vida normal".
  
Xie Qingcheng era demasiado perezoso para hablar con este psicópata.
  
¿Por qué He Yu tenía que hacer esto?
  
Si realmente fuera a decirle a alguien sobre la condición de He Yu, no habría advertido a He Yu que no revelara su condición a nadie más.
  
Pero eso no era lo que He Yu pensaba. He Yu no tenía tanta confianza en Xie Qingcheng.
  
Sólo sintió que la boca de Xie Qingcheng era ahora una amenaza que quería amordazar, y que sería mejor poner algo en ella para que no hablara, como un rehén al que se lo ata firmemente para que no escape. Así no podría decir nada, así su secreto no sería revelado.
  
Xie Qingcheng le miró: "Dijiste que sólo querías vivir una vida normal. ¿Por qué te arriesgaste a entrar en el fuego y usaste la compulsión de la sangre para salvar a esos pacientes a tiempo?".
  
"Porque querer y ser nunca fue lo mismo". dijo He Yu: "Quería ser una persona normal. Pero siempre fui un psicópata".
  
"Entré para salvar a la gente, primero porque el fuego aún no se había extendido a ese lado y sabía que no era demasiado tarde. En segundo lugar, recuerdas que te dije que hay personas y pueblos que nunca pueden entenderse ni relacionarse, ¿verdad? Son como si fueran de dos especies muy diferentes. Creo que esa gente es más de mi especie que tú. Lo único que me diferencia de ellos es que soy mejor para disfrazarme".
  
He Yu dijo con indiferencia: "Si incluso yo sintiera que sus vidas son prescindibles, ¿entonces quién más los trataría como seres vivos?".

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now