Capítulo 149: Fuera de control.

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Xie Qingcheng volvió a casa con sentimientos encontrados.

Por un lado, se volvió más y más reacio a lastimar a He Yu, pero por el otro lado, cada vez tenía más claro que simplemente no podría ser capaz de "ayudar a He Yu a salir", como le había dicho cuando se conocieron por primera vez. 

Poco a poco se fue volviendo tan impotente que parecía que él mismo se hundía poco a poco.

Lo más caliente de este mundo eran en realidad los sentimientos sinceros de una persona. Cualquier hierro o hielo eventualmente se derretiría frente a un afecto sincero. 

Esto hacía que Xie Qingcheng se sintiera incómodo, incluso en peligro.

El acero era su armadura y su arma y el hielo su corazón. Los necesitaba desesperadamente, no los sentimientos de otra persona. Esto era algo que no se podía cambiar.

—Ge, has vuelto.

Cuando llegó a la puerta del dormitorio, He Yu estaba allí de pie con su mochila en la espalda, vistiendo una sudadera blanca con capucha y un aspecto de estudiante tan pesado mientras lo miraba tan obedientemente.

— … —Xie Qingcheng le miró y abrió la puerta.

He Yu no había cenado todavía, así que cuando entró en el dormitorio de Xie Qingcheng, primero tomó familiarmente la taza que Xie Qingcheng había dejado para él y bebió agua, como si tuviera mucha sed. Después de beber el agua, dejó su mochila como de costumbre, se sentó en la gruesa alfombra frente a la mesa de café y empezó a hacer sus deberes.

Había estado así desde que se resolvió el caso de la compañía de entretenimiento de Huang Zhilong.

Xie Qingcheng no se lo tomó demasiado en serio al principio, pero lo dejó venir, especialmente porque el asunto de la Sangre Gu era conocida por la organización de Duan Wen.

Aunque Jiang Liping dijo que Duan Wen no parecía ser capaz de hacerle nada a He Yu por el momento, Xie Qingcheng todavía no estaba muy seguro. Si He Yu quería venir, que viniera. También aprovechó la ocasión para tomar la pulsera de monitoreo que le había dado a He Yu y cambiarla, incorporándole un sistema de alerta de emergencia.

Pero luego, comenzó a desconcentrarle un poco la presencia de He Yu. Abrió el frigorífico, sacó una lata de cerveza fría y la abrió con un chasquido dándole unos sorbos para saciar su sed; no tenía una gran tolerancia al alcohol, así que la cerveza era lo justo.

La bebida fría bajó por su garganta y calmó ligeramente el ansioso corazón de Xie Qingcheng.

Volvió la cabeza y preguntó a He Yu— ¿Qué quieres comer?

He Yu respondió mientras escribía su tarea— Quiero comer espárragos blancos con trufas.

—¿Dónde voy a encontrar trufas y espárragos blancos para ti?

—Entonces toma la olla de guiso de pescado Ankang. 

—¿Ahora quieres que salga a pescar por ti?

—Entonces… —He Yu todavía quería anunciar el nombre de un platillo, pero al ver que la lata de cerveza en la mano de Xie Qingcheng estaba ligeramente deformada por la impaciencia, cambió sus palabras y dijo—... no te preocupes tanto, no tengo mucha hambre. Gege, si te preocupa, esta bien que prepares unos jiaozi congelados.

Xie Qingcheng estaba tan ocupado que de verdad hizo una bolsa de jiaozi congelados para alimentar al niño.

— … —He Yu miró el plato de jiaozi con una expresión solemne y un tanto agraviada, dudó durante mucho tiempo pero no pudo soltar los palillos. Quería pedir comida para llevar de un hotel, pero sentía que Xie Qingcheng no estaría contento. Al final, tuvo que comer unos bocados a regañadientes. No creía que supieran rico.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now