Capítulo 106: Mirando tu figura

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He Yu se fue.

No apareció frente a Xie Qingcheng durante mucho tiempo.

Pero de hecho, más tarde condujo su coche y observó a Xie Qingcheng desde lejos muchas veces.

El niño apoyó la barbilla en el volante y miró hacia delante. Vio al hombre salir del callejón Moyu en el sol nevado de la mañana y regresar tarde en el crepúsculo. Su figura era alta, pero estaba cada vez más delgado. 

No volvió a molestarlo.

Xie Qingcheng ya había expresado sus pensamientos con mucha claridad y sintió que el enredo con He Yu lo ponía impaciente.

Cuando He Yu no sentía que lo amaba, no se preocupaba mucho por los sentimientos de Xie Qingcheng. Más tarde, cuando se dio cuenta quiso confesarse por impulso, pero fue rechazado fríamente por Xie Qingcheng, por lo que ya no tenía nada que decir.

He Yu estuvo aturdido por un tiempo, y la palabra "me gustas" ya no podía ser pronunciada. 

El joven sabía muy bien que si corría hacia Xie Qingcheng y le decía: “Lo siento, Ge, descubrí que me gustas, así que, ¿puedo empezar de nuevo contigo?”, Xie Qingcheng definitivamente lo abofetearía y luego le diría que no se volviera aparecer frente a él.

Y ahora, no podía hacer nada para forzarlo. 

Sus colmillos estaban hechos de azúcar glas delante de él, y sus dedos y garras comenzaron a ser incapaces de ejercer fuerza sobre él. He Yu estaba aterrorizado de verse a sí mismo así, realmente no debería tener emociones tan frágil. 

No sé suponía que le gustara, ni que lo hiciera tan vulnerable.

Además se lo había prometido a Xie Qingcheng.

Se lo había prometido a esa persona que ya había soportado demasiado.

No molestarlo.

No forzarlo.

No hacerlo con él.

Terminar esa relación.

Entonces, debía lidiar con esto de esa manera, era lo mejor para los dos.

Un día, Xie Qingcheng tomó un desvío a casa después de comprar verduras y  pasó por una tienda a comprar un pastel. La pastelería estaba muy cerca del lugar donde He Yu estaba estacionado y era demasiado tarde para que este pudiera alejarse.

He Yu escuchó la voz de Xie Qingcheng hablando con el empleado, vagamente decir:

一Sí, necesito un diseño para alguien de 50 años. ¿Puedes mostrarme el estilo de pasteles que se pueden elegir?

Debía ser el cumpleaños de uno de los tíos y tías del callejón.

Eso pensó He Yu.

Observó cómo Xie Qingcheng leía cuidadosamente la lista que le había entregado el empleado y sintió una vaga envidia por la persona que recibiría el pastel.

Incluso tomó una decisión en solo unos minutos: después de que Xie Qingcheng se fuera, iba a entrar a la pastelería y le pediría al empleado que le vendiera el mismo pastel.

Compraría el mismo pastel, luego se lo llevaría a su casa y se lo comería él sólo.

No importaba que estuviera sólo.

Sin embargo, esta gran idea no había terminado de surgir cuando Xie Qingcheng, que ya había terminado de pedir el pastel y había salido de la tienda, de repente se dió la vuelta.

Con una mirada de sus ojos de flor de melocotón, vislumbró el coche de He Yu.

Así como a la persona en el coche.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now