Capítulo 194: Regresando a casa desde el extranjero

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Dos años después.

—Señor Xie, necesita tomar estos medicamentos a tiempo, nosotros le proporcionaremos las inyecciones al hospital privado de Meiyu, las cuales deberán inyectarse una vez cada dos meses —dentro del sanatorio de Nueva York, el médico de pelo castaño y ojos azules, que llevaba una máscara puesta, le explicaba a Xie Qingcheng de esta manera.

“— Aunque su situación actual ha mejorado un poco, los resultados de su tratamiento actual podrían arruinarse fácilmente si no se cuida. El consejo de nuestra parte es que cuando termine de lidiar con sus asuntos, tiene que volver con nosotros para continuar con el tratamiento hospitalario… no pierda la esperanza, hemos estado desarrollando un medicamento especial que puede curar las complicaciones del RN-13, y si vive un año más, la posibilidad de que la medicina esté disponible aumentará considerablemente...

—Gracias, entiendo —Xie Qingcheng interrumpió las palabras del médico.

Después de dos años de contacto, sabía que este médico era hablador, y si le permitía seguir hablando, simplemente sería interminable.

***
Xie Qingcheng estaba envuelto en un abrigo de lana negra, sacó su maleta y se subió en el taxi que lo llevaría al aeropuerto.

Estaba listo para regresar a casa.

El tratamiento preciso y continuado le había ayudado a mantener algunas funciones orgánicas y, aunque su salud seguía siendo muy pobre, mientras tomara su medicación correctamente, no moriría de insuficiencia orgánica en los próximos años. Sin embargo, su visión sigue desvaneciéndose gradualmente y ahora debía llevar anteojos, de lo contrario todo lo vería borroso.

El médico que lo atendía era una persona un tanto idealista. Cuando no hablaba de ciencia, le decía a Xie Qingcheng:

“Los ojos son las ventanas del alma, ¿sabes por qué tus ojos no han podido curarse e incluso han empeorando cada vez más? Debe ser porque tu corazón está sellado y en el fondo de tu corazón no quieres ver lo que está sucediendo ahora, por lo que tus ojos han renunciado a la autoayuda.”

Xie Qingcheng, que era práctico hasta la médula, solo le devolvió una mirada fría a cambio de sus palabras, que se veía un poco como una mirada en blanco.  (1)

El médico del sanatorio de Nueva York también le había sugerido que se sometiera a una operación: diciendo que en el instituto de investigación con el que cooperan, un científico había inventado una prótesis ocular tan bien hecha que incluso podría parecerse al ojo original del paciente tras su implantación, y que podía verse completamente auténtica.

Xie Qingcheng también se negó.

No estaba de humor para preocuparse por sus ojos ahora, y de todos modos no sabía cuántos años viviría al final.

***

Cuando regresó a China, esta vez, tenía una tarea muy importante que hacer. Después de que estallara la batalla naval de ese año, el grupo de Duan Wen, conocido como la “Organización Mandela”, incluído el RN-13, fue investigado directamente por la policía militar. En los últimos dos años, Xie Qingcheng había cooperado con sus investigaciones algunas veces, pero aparte de eso, en su opinión el caso no tenía nada que ver con él.

Sin embargo, hacia un tiempo, el decano de Meiyu y el capitán Zheng, que estaba a cargo de contactar con él, le llamaron de repente y le dijeron que había un caso médico muy grave en China. Algunas personas sin escrúpulos vendían medicamentos genéricos a pacientes con leucemia a través de canales privados. El medicamento era muy caro para comprarlo a través de los canales regulares y muchas familias tenían que comprar los llamados “sustitutos”, por lo que algunas personas se habían aprovechado de la situación y habían vendido un gran número de medicamentos experimentales.

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