Capítulo 105: Palabras que no se pueden decir

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Después de que Xie Qingcheng se hubiera alejado de He Yu, tomó otro baño.

Esta vez, el proceso de tomar el baño fue humillante y el cuerpo de Xie Qingcheng estaba tan incómodo que apenas podía mantenerse en pie.

Tomó un medicamento para la fiebre y se encerró en su casa para descansar.

Pero la cama ya era un desastre y no había manera de que pudiera dormir en ella.

Xie Qingcheng tuvo que apoyar su cuerpo y tomar las sábanas. Las marcas eran tan evidentes que no las podía mirar directamente, todavía no podía creer que había tomado un poco de éxtasis anoche para poder hacer algo tan ridículo con He Yu.

No era una persona tímida, simplemente lo encontró indignante, sobre todo cuando miraba las marcas en las sábanas, no creía que esto fuera algo que dos hombres pudieran hacer.

Estaba malditamente cansado.

Xie Qingcheng tosió suavemente, quitó las sábanas, las metió en la lavadora y las cambió antes de poder recostar por fin su cuerpo dolorido entre las almohadas y las sábanas.

一Cof...cof

Después de dar vueltas y vueltas en la cama, ardiendo y con fiebre, Xie Qingcheng estaba tan incómodo que ni siquiera podía dormir.

Su salud estaba muy mal y lo único que le alegraba era que Xie Xue se hubiera ido con Li Ruoqiu y no hubiera regresado. No tuvo que fingir delante de nadie, y por fin pudo quitarse la máscara y mostrar un rostro débil y frágil, atormentado por su enfermedad.

El medicamento antifebril tardó en hacer efecto en el cuerpo de Xie Qingcheng.

Pero tal vez porque todavía había olor a He Yu en la habitación, antes de que Xie Qingcheng se durmiera, fue como si hubiera visto los ojos de He Yu de la noche anterior.

Aquellos ojos que estaban empapados de deseo erotico, ansiosos, apasionados, que lo necesitaban, que no podían renunciar a él, que luego estaban confundidos y sentimentales...

Xie Qingcheng se sentía sofocado.. 

En esa emoción Xie Qingcheng perdió el conocimiento...

Debido a los ingredientes para dormir del medicamento para la fiebre, Xie Qingcheng durmió hasta la mañana siguiente.

Sintió que la fiebre había disminuido un poco, así que se levantó, se lavó y se vistió, y casualmente encontró unos dumplings sobrantes de la nevera y los calentó para comerlos.

Después de estar ocupado por un tiempo, Xie Qingcheng se sentó y empezó a leer un libro.

Al igual que ver videos de medusas, Xie Qingcheng estaba leyendo un libro como forma de distraerse de su aburrimiento interior. 

De repente llamaron a la puerta.

Xie Qingcheng, que se había sumergido fácilmente en el mundo de los libros, volvió a prestar atención一¿Quién?

La voz del joven venía desde el afuera en voz baja, en realidad era He Yu que venía a buscarlo de nuevo一...Soy yo.

Xie Qingcheng dejó de mover el bolígrafo que sostenía en su mano, el que usaba para tomar notas en el libro, y la punta de la pluma cortó el papel.

Oyó al adolescente que estaba fuera decir一¿Puedes abrir la puerta?.

一...Quiero hablar contigo.

Xie Qingcheng一Quédate ahí.

一Ge… ¿Por qué has puesto un candado en la puerta?.

Libro de Casos ClínicosWhere stories live. Discover now