Capítulo 2.

5.5K 278 110
                                    

Kenzo

Salgo temprano para la casa de mi mejor amigo y Beta. Otra vez tenemos problemas a nuestros alrededores, ataques e intento de invasión por los pícaros, no entienden que ya no pueden volver a mi manada, aquí no se aguantan tonterías de nadie.

Cuando llego a su casa, Rosi es la que abre la puerta.

—Alfa — saluda inclinando su cabeza.

—Rosi, sabes que aquí me puedes llamar por mi nombre.

Soy un hijo de puta, pero soy agradecido con las personas que han estado para mi madre y para mí. Nana Rosi ha sido una de ellas, cuando mi padre y los de Andreus murieron, ella fue una de las personas que más ayuda le dió a mi madre, la actual Luna de mi manada, ya que hasta que no llegue mi mate no le voy a dar el puesto a otra.

Nuestros padres murieron por un ataque, un guerrero de mi padre lo traicionó, entraron a la manada, quemaron casas, mataron gente, destruyeron colegios, tiendas, parques. Y no conforme con eso, entraron a la mansión, la casa del Alfa, ahí estaban mis padres y los de mi amigo, ya que su padre fue un gran Beta, un hermano para mi padre y un tío para mí. Lo amaba como si llevara mi sangre. Estábamos todos juntos cenando, Andreus y yo teníamos dieciséis años y su hermana pequeña Jade, tenía nueve cuando el hijo de puta de Jordan Tarek entró con dos de sus lame botas.

Mi madre se llevó a Jade por petición de todos ya que ella es intocable. Teníamos ventaja, éramos cinco contra tres, pero no vimos como uno de sus perros sacó una pistola con balas de plata disparando a nuestros padres justo en el corazón. Tarde llegaron los hombres de mi padre cuando Andreus, mi tía y yo acabamos con los tres seres infernales arrancándoles las manos y abriendo sus gargantas. Su madre no sobrevivió, no nos dimos cuenta que tenía un par de balas en el cuerpo hasta que cayó al suelo, lo último que dijo fue 'os amo mis bebés, tienen que cuidar a Jade'. Joder. No nos dimos cuenta de que estaba herida, yo perdí a mi padre, pero ellos perdieron a los dos.

Jade lloraba cuando todo pasó, no había quien le diera consuelo, mi corazón dolía y aún sigo sin saber el porqué de ese sentimiento.

—Tú sabes por qué — dice mi lobo, Sombra.

No se que coño quiere decir con eso, así que no me molesto en responderle.

Sigue haciéndote el imbécil — vuelve a decir y corta el link.

—Hermano, ¿qué pasa? — Andreus me saca de mis pensamientos.

—Están intentando entrar otra vez y tenemos que ir a mirar que pasa. Vístete y vamos.

En ese momento aparece Jade bajando por las escaleras, ya no es una niña, es toda una mujer, pequeña, no mide más de 1'56, pelo castaño, ojos chocolate, piel blanca y tiene su buen cuerpo. No es delgada y tiene de donde agarrar. Me pregunto como se sentirán mis manos alrededor de ese culo respingón.

Joder, ¿qué estoy pensando? Es la hermana de Andreus. Mañana será su transformación y mi lobo ronronea al escuchar mis pensamientos.

Ellos se saludan y luego se despide de todos diciendo que Aleska la espera. Andreus sale regañado por parte de su nana poniendo cara de cachorro mojado.

—Esa mujer ya no me quiere — se queja refiriéndose a Rosi.

—Sabes que Jade es su ojito derecho — me burlo de él.

Me mira mal y le indico que tenemos que salir para verificar los daños y averiguar quien está al mando del grupo de los exiliados, los pícaros. Esos que ya no pueden volver a ninguna otra manada cuando los echan de la suya.

Nos montamos en mi auto, un Mercedes amg gt 63 S en negro y los cristales tintados. Que puedo decir, me encantan los autos y tengo el dinero suficiente para tener los que quiera, para eso trabajo y tengo mis negocios.

Mi LunaWhere stories live. Discover now