Capítulo 72.

2.4K 155 18
                                    

Kenzo

No puedo creerlo, me encuentro en mi despacho y sigo sin creer que voy a tener dos cachorros. Y uno de ellos será niña.

Por la Diosa. ¿Qué voy a hacer?

Protegerla — dice lo obvio Sombra.

No tienes que decir lo que ya sé, gilipollas.

Esa niña va a ser tu Karma, querido humano — se ríe antes de cortar el link.

Tengo que asimilar que voy a tener una niña y un niño.

Mi hermosa Jade no podía dejar de llorar. Siendo sincero conmigo mismo, yo también quería hacerlo, estaba en shock.

Termino las cosas pendientes para ir al salón, donde veo a Jade tumbada en el sofá y dormida. La mesa está llena de dulces y comida. No deja de tragar y yo le traigo todos los días lo que quieres, tiene que alimentarse bien y comer todo lo que se le antoje.

Astrid dijo que todo estaba bien, pero que no bajara la guardia y se siguiera cuando como lo ha hecho hasta ahora. Al salir de la clínica no dejaba de hablar, diciendo que tenía que avisar a los demás para que supieran la noticia en la tarde.

Pronto termina el instituto y apenas tienen tareas. Mi Jade es aplicada.

El aire está encendido para que no pase calor, ya que este verano ha venido con más ganas y mi mujer tiene que estár cómoda. Está con un vestido rojo que hace que su barriga se note un poco.

Diosa, amo besar y tocar su vientre, donde se encuentras mis cachorros. Les hablo todos los días, la lleno de besos y sexo.

Me siento al lado de su cabeza, llevando mi mano a su vientre. Ya tengo ganas de verla llena y grande.

—Kenzo — murmura entre sueños.

—Dime, cariño.

—Quiero comer carne al horno con patatas y verduras. Muchas patatas.

Suelto una risa baja al escucharla. Solo piensa en comida.

—Ahora les digo que lo preparen.

Ella solo asiente y se sube encima mía, buscando mi olor y la envuelvo en mis brazos hasta que vuelve a quedarse dormida.

Nana se acerca mirando a Jade con ternura, es su niña. Siempre lo será.

—He escuchado lo que quiere comer, voy a prepararlo.

—Gracias, Rosi.

No solo le agradezco por la comida, si no también por amar a mi mujer de la forma tan incondicional que tiene. Ha sido una madre para ella, igual que para Andreus.

Cierro los ojos, disfrutando de este momento.

Despierto notando como Jade se mueve y la veo haciendo una mueca, las cejas y los labios juntos, como si algo la molestara.

—Cariño — la llamo despacio sin saber que tiene.

Abre los ojos lentamente y parpadea incorporándose. Se estira todo lo que puede y me mira.

—Huele a comida, vamos.

Se levanta y camino a su lado para ir al comedor, donde se encuentran nana y mi madre.

—Por la Diosa... — susurra cuando ve toda la comida con los ojos brillantes.

—Siéntate y come, cariño — le pide mi madre.

Se sienta sin pensarlo dos veces y llena su plato hasta arriba. Come con ganas y repite.

—¿Cuándo nos vas a decir? — pregunta mi madre con nervios y me burlo.

Mi LunaWhere stories live. Discover now