Capítulo 60.

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Kenzo

Llega la hora del almuerzo y estamos todos juntos. Hablamos de cosas sin sentidos y de las mejoras que podemos hacer con la manada. Nadie toca el tema de Damon ni de Ulrich. Por mi bien, ya que no quiero amargar más mi tarde. Aún queda despedir a los nuestros.

—Diosa, la loba de Jade es hermosa, ¿vieron cuando estaba llena de sangre? Parece que vino de otra dimensión y estaba ahí plasmada — habla Aleska riendo y veo como Jade se sonroja.

Lo que dice es cierto, parecía como una alucinación al verla ahí en medio de la lucha con los ojos brillando con curiosidad.

Andreus mira con orgullo a mi mujer, el mismo que siento yo, sin embargo, sigo enfadado por haberse expuesto de esa manera.

—Ella es poderosa — dice Antón el sabelotodo y lo miro alzando una ceja.

—Mi niña es poderosa desde que era una bebé. Siempre traía a todos detrás de ella y ni cuenta se daba. Siempre con sus libros y sus cosas — dice Rosi haciéndome gruñir al recordar como los babosos se querían acercar a ella.

—Por la Diosa, Kenzo — mi madre levanta las manos con una sonrisa — recuerdo cuando le pegaste a un niño porque le tiró del cabello a Jade cuando jugaban en la calle.

Me da igual lo que piensen de mí. Nadie tiene el derecho a tocarla y esos niños siempre querían hacerlo al jugar con ella.

Todos se ríen cuando refunfuño por lo bajo. Jade sujeta mi mano mirándome con amor y le sonrío.

—Nadie puede tocarla excepto yo.

—Zack no opina lo mismo — se burla Antón.

—Lo dejaré en el bosque un día de estos cuando todos estén distraídos — les digo de mala gana.

Sí, claro — se burla Sombra y corto el link con ese perro.

Cuando terminamos de comer, cada uno se va a su casa para cambiarse y subo con Jade a la habitación. Tengo que llamar para que arreglen la puerta del baño, me pasé un poco con la fuerza al abrirla.

Nos vestimos para ir al bosque, donde están todos reunidos para despedir a mis hombres caídos. Llego con la mano de mi mujer entre la mía y todos nos saludan. Al llegar donde están los demás, veo al mocoso correr hacia Jade y suelto un suspiro.

—Mi mamá ya no está. Ahora voy a ser feliz con papá — le susurra a Jade cuando lo alza en brazos.

Siento como su cuerpo se tensa y traga saliva. Es muy sensible con los niños y siento que con Zack tiene una especie de conexión. Respiro para tranquilizarme y no salir a por esa hija de puta y matarla.

Jade lo abraza llenando su cara de besos.

Los ancianos llegan para dar paso a la despedida a todos los que han caído en la lucha y serán enterrados en nuestro cementerio.

—Estamos aquí reunidos para despedir a nuestros grandes guerreros, aquellos que han muerto luchando por proteger a nuestra futura Luna Jade. Dejan un hueco en nuestra manada y estamos aquí para honrar sus memorias. A la familia de nuestros grandes guerreros queremos decirles que sus muertes no quedarán impunes, se tomará justicia... — Jack, el anciano mayor sigue hablando y doy un vistazo a las familias de los caídos.

Van a pagar por el daño que han causado.

Todo el mundo aulla cuando el discurso termina, dándoles la despedida a sus familiares, amigos, hermanos, hijos.

La noche llega cuando terminan de enterrar a nuestros hombres.

Volvemos a casa y nos vamos directos a la cama. Jade enciende la televisión y pone su serie dejando que yo la desnude para prenderme de sus pechos y quedarme ahí.

No se cuanto tiempo pasa, pero ella se duerme y apago la televisión después de taparla y vuelvo a sus pechos hasta que me duermo.

—Buenos días, mi Alfa — escucho a Jade hablar.

Está tumbada encima mío, presionando sus pechos en mi espalda.

—Buenos días, mi Luna.

—Mmm, mañana es lunes. Me gustaría volver a clases ya que todo está bien.

—Hablaremos de eso más tarde — digo cerrando los ojos al sentir sus pequeñas manos entre mi cabello.

Se levanta para ir al baño y me quedo dormido de nuevo. Cuando despierto, no está a mi lado, debe estar abajo esperando el almuerzo.

Paso todo el día arreglando papeles y cheques para los daños de mi manada. Jade viene cada dos por tres a que le de besos, está tumbada en el sofá de mi oficina leyendo uno de sus tantos libros.

—Mi amor.

—Dime — respondo distraído cuando me llama.

—Me gustaría probar algo.

Separo la silla del escritorio para que venga y se siente en mis piernas, sin embargo, se pone de rodillas entre ellas y trago saliva por la imagen que me está dando.

Paso mi lengua por mi labio inferior y meto mi mato entre su cabello.

—¿Qué quieres probar, cariño? — pregunto con voz ronca.

—Darte placer con mi boca — me mira a los ojos y no veo dudas en ella.

Tiro mi cuerpo hacia atrás y señalo mis pantalones. Ella muerde su labio y siento que no voy a durar mucho. Me quita el pantalón con manos temblorosas y le da paso a mi polla que se alza libre de la presión de la ropa. Siempre estoy listo para ella.

—Enséñame, por favor.

Jodido infierno. Juro que no voy a durar mucho. Llevo su mano para que sienta lo duro que estoy y le hablo tranquilo.

—Tienes que cubrirla con tus labios, cariño.

Asiente ansiosa por tomarla. Mi polla no es pequeña y ella toma aire antes de llevar su boca a la punta. Gimo al sentir su lengua deslizarse. Succiona empujando un poco más y con mi mano hago un puño para sostener su cabello y ayudarla a llevar un ritmo.

—Cubre tus dientes con los labios, cariño — le digo y ella lo hace.

No voy a durar mucho, su lengua está haciendo estragos en mi cabeza. Verla de rodillas entre mis piernas, con su boca llena por mi polla y escuchando los sonidos que hace al recibirme, hace que mi autocontrol falle y comience a empujar su cabeza más rápido y profundo. Tiene unas cuantas arcadas cuando llega a más de la mitad, pero ella sigue chupando, disfrutando tanto como lo hago yo.

—Abre la boca, Jade — saco mi polla y me corro en su boca — traga.

Ella lo hace gustosa, gimiendo en el proceso. Tenso la mandíbula al verla con las mejillas rojas y los ojos llenos de deseo y la subo al escritorio.

Mi LunaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin