Capítulo 79.

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Jade

Quiero hacerme un reportaje de fotos, pero con un profesional. Mi teléfono no tiene la calidad que tiene una cámara de verdad.

—Kenzo — estamos tumbados en la cama viendo una serie y me mira de reojo — quiero hacerme una sesión de fotos para tener el recuerdo de mi barriga.

—Pues vamos a hacerla. Busca a quien quieres que te lo haga y llamamos.

Asiento con el teléfono en la mano para buscar al fotógrafo que sigo en mis redes sociales. Se lo muestro a Kenzo y asiente con la mandíbula tensa al ver que es un hombre. No tiene de que preocuparse, ya que yo lo amo a él, y además, este fotógrafo es gay, incluso está casado. Lo sé porque lo sigo desde hace años.

—Llámalo — dice en un suspiro.

Busco su número y se lo paso a mi hombre. Llama desde su teléfono y responde una mujer al otro lado de la línea.

Estudio Gadel, ¿en qué le puedo ayudar?

—Quiero que le hagan una sesión de fotos a mi mujer. Está embarazada y quiere esas fotos con los vestidos pomposos y esas cosas. Lo quiero pronto, ya está de varias semanas y pueden nacer en cualquier momento.

Claro, deme un minuto para buscar y le digo.

Espero impaciente la respuesta, porque si no es con él, no me hago ninguna foto. De verdad que es increíble.

Señor, justo en media hora tenemos un hueco libre por cancelación. ¿Lo quiere?

Me levanto corriendo y asiento efusivamente.

—Sí, estaremos ahí en una hora.

Perfecto. Que tengan un buen día.

Doy un grito cuando Kenzo suelta el teléfono y besos sus labios.

—Quiero que el pequeño salga en algunas fotos. Búscalo mientras yo me hago el cabello.

Resopla y vuelve a tomar su teléfono. Seguramente para llamar a Zack.

En el baño enciendo la plancha. No tengo tiempo para llamar a una estilista. Escucho a Kenzo hablar y viene al rato. Estoy de los nervios.

—Ya lo va a traer. Date prisa que tenemos que salir de la manada y llegar a la ciudad.

—No me metas presión, Kenzo.

—Lo que quiero meterte es otra cosa, Jade, y no me quejo.

Lo miro con los ojos desorbitados. Sigue siendo el mismo hombre de boca sucia.

—Déjame, me distraes.

Se va para vestirse y a los veinte minutos, ya tengo mi cabello listo. Me siento en mi tocador para maquillarme, no mucho, ya que quiero verme natural y solo tardo otros veinte minutos. Me pongo un vestido simple, ya que allí me dan los que necesito.

Al bajar al salón veo a mi pequeño.

—Hola, mi amor. Vamos a hacernos unas fotos, ¿te gustaría venir?

—¡Sí! — responde con alegría dejando un beso en mi barriga que parece que va a explotar en cualquier momento.

Me han salido algunas estrías, pero si soy sincera, no me importa. Me las cuido y todo para que no se hagan "feas", pero pienso que ninguna cicatriz lo es en realidad, ya que cada una, cuenta su historia. Las mías cuentan que le dí vida a dos personitas.

Kenzo nos lleva al auto y sale de la manada sin prisa hasta llegar al estudio.

—Buenas tardes — saluda una mujer mayor que tiene una sonrisa amable — ¿usted acaba de llamar?

—Buenas tardes. Sí, fue mi marido.

Kenzo sonríe de lado al escuchar como lo llamo y asiente.

—Bien. Gadel está disponible y os está esperando. Os llevo.

La seguimos al interior del estudio, donde veo a Gadel con un portátil editando algunas fotos. Se gira al escuchar nuestros pasos y pasea su mirada por todo mi cuerpo, deteniéndose en mi barriga.

Kenzo me acerca más a él y mi pequeño frunce el ceño, posando su mano justo en medio de mi barriga, como si quisiera taparla para que no la vea.

—Por Dios, tranquilos. Solo admiraba la figura de ella, me gustan los hombres y estoy casado — habla en un tono alegre — Bienvenidos.

Kenzo suspira aliviado al saber su orientación, sin embargo, mi pequeño no entiende lo que quiere decir y no baja su mano.

—Vamos, cariño — lo animo a caminar — este señor nos va a hacer las fotos.

Asiente con desconfianza.

—Quiere que estés cómoda, relajada y sin tensiones. Tu cuerpo es increíble y eres hermosa.

Me hace reír y Kenzo sonríe al verme.

—Vamos, voy a mostrarte las batas y eliges las que quieras.

Me muestra varias y elijo cuatro de ellas. Roja, blanca, rosa pastel y la última que es del mismo color que los ojos de mi hombre.

—Tienes buen gusto, hermosa.

—Gracias — me trata con confianza y no me hace sentir incómoda. Siempre he sido muy tímida y él lo nota, por eso actúa así.

La sesión de fotos comienza y no dejo de escuchar halagos por parte de ellos tres. Porque sí, mi pequeño también me dice lo bonita y hermosa que me veo.

—Te sale natural, cariño. Lo tuyo son las cámaras. Ni siquiera tengo que decirte como posar o el ángulo que necesitas.

Suelto a reír y él aprovecha para sacar más fotos.

—Ahora con mi pequeño.

—Vamos, pequeño, ve con tu mami — le dice y me tenso al igual que Kenzo, sin embargo, mi pequeño no lo corrige y viene corriendo con una sonrisa.

Miro a Kenzo cuando me habla a través del link.

Relájate, es normal que te vea como su figura materna. Sigue con tu sesión de fotos y muéstrame lo hermosa que eres.

Me relajo para seguir con esto. Después de algunas, se une Kenzo.

—Quítate la camisa, así quedan más bonitas e íntimas.

Lo hace y pasamos la tarde entre cámaras y risas. Por último, nos hacemos fotos los tres juntos. Para cuando termino, me recojo el cabello y Kenzo me quita la bata.

—Has estado espectacular, la casa estará llena de esas fotos — Deja besos en mi cuello y me doy la vuelta para besarlo.

—Te amamos, Kenzo.

—Y yo a vosotros, cariño.

Salimos y agarro la manita de Zack.

—Eres realmente hermosa, Jade. Puedo decir que tus fotos no van a necesitar edición. En menos de tres días estarán listas y podrás venir a por ellas.

—Muchas gracias por todo. Me hiciste sentir muy bien.

Me sonríe y nos despedimos.

En el auto le pido a mi hombre que me lleve al McDonald's para cenar algo. Me estoy muriendo de hambre.

Mi LunaWhere stories live. Discover now