Capítulo 71.

2.9K 173 16
                                    

Jade

El tiempo pasa volando. Estamos en junio y tengo dieciocho semanas de embarazo.

Pronto termino el instituto. Mi barriga ya se nota y Kenzo está loco por saber que son.

—Tenéis que crecer rápido — susurra con su boca pegada a mi barriga.

Paso mis dedos por su cabello mientras habla y apoya sus manos para sentirlos.

—Hoy sabremos que vais a ser, espero que dos niños o voy a tener que matar a todo el que se os acerque si sois niñas.

Le doy un golpe con mis dedos en el brazo y lo miro mal.

—No les hables así y no digas palabras como esas.

—Estoy hablando con cachorros — murmura con la frente pegada a mi barriga, que rebota un poco con la risa que suelto.

—Vamos, tenemos que levantarnos. Tenemos la cita.

Nos metemos en la ducha juntos y se pone en mi espalda para pasar las manos por todo mi cuerpo, dejando besos en mi hombro.

—Estás más hermosa que nunca, mi Luna.

—Mi Alfa, tócame — suplico con necesidad pura.

No hay un solo día en el que no hagamos algo, excepto cuando el pequeño duerme con nosotros, aún así, mi Alfa necesita tocarme, ya sea el brazo o la pierna. Necesitamos el contacto del otro.

Lleva sus grandes y masculinas manos a mis pechos, los cuales están más sensibles que nunca y dejo caer la cabeza hacia atrás cuando baja una mano para abrir mis pliegues, encontrando mi clítoris para estimularlo en círculos, haciéndome jadear.

Sujeto su brazo por si mis piernas fallan y las abro un poco más. Mete un dedo al recibir mi invitación y comienza a meterlo y sacarlo muy lento. Necesito más y se lo hago saber restregando mis nalgas en su erección dura y firme.

—Apoya tus manos en la pared — gruñe en mi oído.

Lo hago de inmediato, sintiendo como él abre mis nalgas viendo todo de mí. Ya no tengo tanta vergüenza, pero él no tiene ningún reparo.

Guía su erección a mi entrada, dejándome con las ganas cuando pasa de largo y toca mi clítoris.

—Alfa, por favor.

—No comas ansias, cariño — muerde el lóbulo de mi oreja y mi cuerpo entero tiembla.

—Por favor, te necesito. Te necesito dentro de mí.

Gruñe dando una embestida que me la deja clavada hasta el fondo. Suelto un grito al sentir como mis paredes se aferran a su miembro, que me estira deliciosamente haciéndome sentir un placer inmenso.

—Por la Diosa... — susurro sin aliente con la frente apoyada en la pared.

Sale y entra a un ritmo enloquecedor. Mis ojos ruedan hacia atrás al sentirlo tan grande, tocando ese punto dulce que me pone a delirar.

—Kenzo, te amo — miro hacia arriba para verlo y siento sus manos en mi pecho y en mi barriga.

—No te haces una idea sobre lo mucho que te amo, mi Luna — gruñe sin bajar el ritmo.

Siento como sube su mano a mi cuello, aferrándose para que sienta la presión que tanto me gusta y es que nunca le tengo que pedir nada, porque él me conoce y sabe lo que quiero. No voy a aguantar mucho más si sigue dándome así.

—Sigue...

—No tienes que pedirlo, preciosa.

Empuja con más fuerza a la misma vez que me da con la mano abierta en la nalga. Mis paredes se aferran a su miembro y escucho como suelta un gemido ronco.

Mi LunaWhere stories live. Discover now