Capítulo 64.

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Kenzo

Me levanto en mitad de la noche sintiendo a Jade con la respiración acelerada y llena de sudor. Le quito la manta sintiendo que está ardiendo y la levanto.

—Jade, despierta — toco sus brazos y su cara — despierta, cariño.

Nunca ha tenido pesadillas y ahora parece que una está atormentado a mi mujer. Está intranquila, llorando en sus sueños.

—¡Jade! — grito haciendo que se despierte de un salto.

Me mira con los ojos llenos de lágrimas y se lanza a mis brazos. Está empapada en sudor y no deja de temblar.

—¿Qué has soñado, cariño? — pregunto con voz suave para que se calme.

—No se, no recuerdo y solo veía al pequeño Zack llorar en la noche. Iba hacia él, pero cuando estaba casi tocando su mano, se volvía a alejar.

La acuno y muevo mi cuerpo intentando calmarla. Tiene una conexión con el niño, lo sé.

—Ya pasó, mi Luna, sabes que está bien. Su madre ya no está.

Asiente sin soltar mi cuerpo y me levanto con ella para ir al baño para llenar la bañera, eso la relaja mucho. Hago todo con una sola mano, ya que con la otra tengo a Jade agarrada por el trasero.

Pongo las sales y la bomba esa que se deshace en el agua. Tiene un montón de cosas que ni se para que sirven. Me meto con ella y comienzo a lavarla. Su cuerpo no se despega del mío y mi lobo aulla de alegría al sentirla tan nuestra.

—Cuéntame que hiciste esta tarde con tus amigas, cariño.

Me cuenta todo lo que hicieron en su día, pero la corto cuando me cuenta lo que hizo con el padre de Sara

—¿Que hiciste qué?

—No se, le dije 'quieto' y lo hizo. Es como cuando tú hablas con tu voz de Alfa y ese alguien muestra sumisión — habla entre sueños quedándose dormida.

Los ancianos tenían razón. Jade puede controlar. Me río incrédulo al saber que tiene igual o más poder que yo. Esta mujer es increíble y es mía.

Nuestra, que no se te olvide — me dice Sombra.

La saco cuando está completamente dormida y la envuelvo en un albornoz antes de ponerme una toalla y la llevo a la cama, donde la tapo después de secar su cuerpo. La calentura de su piel se fue cuando despertó.

Me duermo con sus pechos en mis manos y a la mañana siguiente cuando despierto, lo hago solo.

¿Dónde estás? — le pregunto a través del link.

Buenos días, mi Alfa hermoso. Estoy desayunando — responde con voz melosa.

Me visto y bajo para ver que están haciendo tan temprano. La veo tragando como una muerta de hambre con Sara mientras hablan en susurros.

—Buenos días — hablo alto cuando no me escuchan llegar.

—Mi amor — se levanta y me besa con necesidad.

Desayunamos, escuchando como hablan de las clases y hacen planes para hacer las cuatro.

—Buenos días — llega mi madre mirando a Jade. Lleva unos días muy rara.

Me levanto cuando termino para ir al despacho. Llamo a Andreus y Antón para que vengan cuando puedan, debemos seguir buscando pistas sobre los pícaros.

—No han vuelto a dar problemas desde el ataque de la manada Amanecer. Creo que no quieren enfrentarse a las consecuencias — dice Antón cuando llega después de desayunar.

No hemos vuelto a saber de los pícaros desde hace días, cuando tuvimos la pelea. Los vampiros no han vuelto a aparecer, ni mis hombres han detectado su horrible aroma. Puede que hayan visto la muerte y los cuerpos de los otros cuando los sacaron de mi manada. Aún así no vamos a bajar la guardia.

Andreus llega unos minutos después y hablamos del mismo tema toda la mañana para llegar a una conclusión. No van a dar problemas por ahora.

—Hablemos de Jade — dice Antón.

—Tenemos que buscar información sobre ella. Tengo que saber todo. Mató a un vampiro de un solo mordisco y sabéis de sobra lo duros que son, la puso de rodillas con su voz — hablo y me miran atentos.

—Los ancianos ya te advirtieron sobre eso, Kenzo, ¿qué te preocupa realmente? — pregunta Andreus.

—No conocerla, eso me preocupa. Tengo que saber como actuar con ella, no quiero dar un paso en falso, Andreus. Ya di uno y aún me arrepiento de ello.

No quiero volver a decepcionar a Jade, no me lo puedo permitir, ya que ella es mi vida y mi futuro. No tengo miedo de admitir que estoy completamente enamorado de esa minions que me trae loco.

Asiente dándome la razón y al rato se van a buscar a sus mates mientras yo me voy con la mía que está en sus clases.

—Estaré en la habitación — le digo dejando un beso en su cabeza y levanta la vista.

—Voy contigo — recoge todo y comienza a subir las escaleras.

No sabe como me llena de orgullo el saber que necesita de mí para estar tranquila. Nuestro vínculo es más fuerte con el paso de los días.

—Vamos a tumbarnos.

Le hago caso y veo como se desviste para quedarse en ropa interior. Se sube encima mía soltando un suspiro de placer. Está actuando un poco raro, pero la dejo estar. Puede estar estresada por todo lo que ha pasado.

Mi LunaWhere stories live. Discover now