Capítulo 6.

5.8K 389 60
                                    

Andreus

Escucho el suspiro fuerte de Kenzo cuando mi hermana sale de casa.

—¿Por qué la has rechazado?

Necesito saber. Él siempre tiene un motivo para todo, pero no encuentro ninguno lógico para esto.

Cuando Kenzo la rechazó, ella se fue a casa sin mirar atrás, la admiro. No cualquiera puede mantenerse en pie después de un rechazo. Muchos han enfermado por esto, pero ella no es cualquiera. La creen débil, tonta e ingenua. Puede que sea pequeña de cuerpo, pero puede matarte en segundos si así lo quiere. Hemos entrenado juntos desde niños gracias a nuestro padre.

Todos la toman por alguien que necesita protección. Sin embargo, no tardarán en darse cuenta de quién es realmente.

—Ella no es fuerte, es una niña y yo un Alfa.

—Sabes que un Alfa sin su mate y Luna, no es nada. Te vas a debilitar con el tiempo cuando tu lobo la necesite. Déjame decirte que Jade no es débil, es más fuerte de lo que tu crees. Una blanca pura, y no lo digo porque sea mi hermana, Kenzo, pero perdiste a alguien de valor — le doy una palmada en el hombro — espero que te lo ponga difícil cuando la vuelvas a buscar, porque lo harás.

—Ella quiere un cuento de hadas, sabes que yo no voy a dárselo. No me interesan esas cosas y lo sabes.

Este idiota me tiene cansado con tantas cosas. Suspiro para tranquilizarme, porque me dan ganas de matarlo.

—Vamos, hermano, sabes de sobra que ella no es tonta. La conoces desde que nació, ¿por qué has hecho esa tontería? Los ancianos te van a querer comer vivo cuando se enteren. Van a ir por tu cuello cuando sepan que rechazaste a una blanca pura. Jade se va cuando termine el instituto, lo sabes ¿no? Piensa irse con Aleska a la universidad, en otra ciudad y lejos.

Gruñe en desacuerdo y sonrío por eso. Desde niños supe que ellos podrían llegar a ser destinados. Él la protegía como a nadie, cuando los niños se acercaban a ella, les decía que era su novio el muy cabrón. Jade era una niña de apenas cuatro años y no recuerda esas cosas, nosotros teníamos once en ese momento.

—Entonces espero que le vaya bien — murmura entre dientes levantándose para salir al porche.

—Actúa antes de que sea tarde, Kenzo — le digo y tensa la mandíbula, pasándose una mano por la cara. Siempre que está agobiado hace el mismo gesto.

—Vámonos, tenemos cosas que hacer.

Lo sigo y nos montamos en su auto, en silencio mientras conduce.

Tenemos que ir a la ciudad para ver algunas cosas de nuestras empresas. Nuestra manada es como un pequeño pueblo y es la más grande de todas. Viven muchas familias, cada vez hay más que se quieren unir al saber que es una de las más seguras y conocidas. Desde que pasó lo de nuestros padres y Kenzo ascendió a Alfa y yo a Beta, apenas hay problemas. No ha habido otra matanza como aquella ni la habrá. Tampoco hay peleas entre las personas, todos saben hablar primero y nadie se mete donde no los llaman.

La manada cuenta con miles y miles de hectáreas y aunque haya miles de casas, tiendas, edificios y muchas cosas más, sigue siendo natural. Hay verde por donde mires.

Los ancianos están muy contentos con el nuevo Alfa. Esperemos que sigan así cuando se enteren de la noticia.

—¿Cómo va la construcción de las nuevas guarderías y demás?

Por un momento creo que he imaginado su voz. Nunca habla mientras conduce porque se mete en su mundo, pero no me esperaba esa pregunta.

—¿Guarderías? Van bien por ahora. Queda el montaje de las luces, pintar algunas paredes y un par de cosas más — le respondo mientras lo observo atento.

—¿Para cuando estaría terminado?

—¿No caben mas niños en las otras que hay? — pregunto sin saber a donde quiere llegar.

Por un momento solo nos miramos, él con la mandíbula tensa y yo con las cejas alzadas.

—Se está haciendo el tonto, Andreus — dice con burla mi lobo.

—¿Qué quieres decir, Susurro?

—Su lobo me dijo que la imaginó con sus cachorros. No creo que el idiota quiera a Jade lejos. Creo que está asustado, sabes que nunca ha tenido una relación sentimental, solo sexo con las otras.

Claro, él nunca ha tenido una relación. Está asustado porque piensa que Jade sería una debilidad para él y una ventaja que sus enemigos pueden aprovechar para hacerle daño.

No volvemos a hablar hasta que llegamos a la empresa, donde sólo tenemos que firmar unos papeles y mirar los nuevos proyectos que tenemos. Queremos hacer unos hoteles en otros países. La cadena de hoteles Alfa se conoce por su lujo. Nunca hemos tenido una queja de nadie. Después de dar el visto bueno a los proyectos, volvemos a la manada, a mi casa, donde encontramos a nana preparando la comida favorita de mi hermana. Lasaña.

—Hola, mis niños. Llegáis justo a tiempo. Aún no ha llegado mi niña — comienza a hablar y justo suena el timbre, pero sé que no es mi hermana porque ella tiene sus llaves.

—Yo abro.

—¿Está Jade? — dice el gilipollas de Damon en cuanto abro la puerta. Es el imbécil que no la deja en paz.

Justo detrás, Aleska y mi hermana se bajan del auto juntas.

—¿Qué coño haces en mi casa y preguntado por mi hermana?

—Me enteré de que el Alfa la ha rechazado. No veo el problema en buscarla ahora que está libre — responde con aires de grandeza.

—Damon, ¿qué haces en mi casa? — pregunta mi hermana con fastidio.

—Voy a invitarte a comer, ya me enteré de que tu mate no te quiere — habla como si estuviese hablando del tiempo.

No nos da tiempo a responder cuando Kenzo lo agarra del cuello con fuerza suficiente para ponerle la cara roja.

—Te voy a dar un minuto para que vuelvas a tu casa y dejes de molestar a Jade — le habla con una amenaza clara pero sin llegar a utilizar su voz de Alfa.

Él palidece quedándose mudo. Cuando lo suelta, no la vuelve a mirar y se va.

Aleska sonríe con diversión y la observo. A esa niña le encantan las peleas. Niego con la cabeza mirando a Kenzo y veo que Jade ya no está.

—Y dice que no quiere a tu hermana — se burla mi lobo.

—Eso no se lo cree ni él.

Jade ya está en la mesa cuando entramos, está hablando con nana como si nada. Se nota que le importa una mierda el niñato ese, como tampoco le importa Kenzo, que no lo mira ni una sola vez. Me fijo en él y no hace falta ser un genio para saber que está ardiendo en rabia porque ella no le hace caso. ¿Qué esperaba? Mi hermana es una niña muy orgullosa y obstinada, así como lo era mi madre, que traía loco a mi pobre padre.

Aleska para por mi lado para sentarse con Jade cuando de repente me llega un aroma a fresas y manzanas rojas. Mis favoritas. No puede ser.

—¡¡Mate!! ¡¡Mate!! Es nuestra, Andreus, márcala — me exige Susurro aullando de alegría.

Aleska siempre me ha gustado, desde pequeña, pero cuando cumplió su mayoría de edad no pasó nada. ¿Por qué no lo he notado hasta ahora?

—Mate — susurra ella con los ojos brillosos, viéndome con adoración.

Jade y nana sonríen como niñas y veo que Kenzo tiene una pequeña sonrisa.

—Yo sabía — grita mi hermana dando un salto. Nos abraza y aprovecha para decirle a nana que comerá arriba para darnos privacidad.

—¿Por qué no pude olerte antes?

—No se, hasta ahora tampoco yo podía hacerlo — me dice sin dejar de mirarme.

Mi LunaWhere stories live. Discover now