Capítulo 67.

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Jade

Despierto y cuando abro los ojos me encuentro con una imagen que jamás pensé ver.

Zack está sobre el pecho de Kenzo abrazado y mi Alfa tiene su gran mano en la espalda del pequeño. Por la Diosa, tengo que guardar esta imagen. Busco mi teléfono y saco una foto antes de que me pillen.

Después de hacer mis necesidades y lavarme los dientes, me miro de lado en el espejo para ver si noto algo, pero nada, esa grasita es mía. Suelto una risa negando con la cabeza.

Salgo para ir al vestidor, donde me pongo un pantalón vaquero junto a una camisa de manga larga básica. He vuelto a hacer las clases online, así no tengo que salir de casa. Me siento más segura aquí y así tengo a Kenzo a mi lado.

Al salir veo que mi hombre se está despertando y resopla cuando ve al pequeño en su pecho. Lo baja con cuidado y se levanta.

—Buenos días, mi Alfa. Te ves bien con un niño.

—Buenos días, mi Luna. Me veo bien con todo, sin embargo, me veré mejor cuando tengamos al nuestro — me besa en la frente y desaparece en el baño.

Me siento en la cama para ver dormir a Zack pero a Kenzo se le cae algo en el baño y mi pequeño se levanta asustando agarrándose a mí.

—Tranquilo, cariño. Solo se ha caído algo — beso su frente y su mirada está nublada por el sueño.

Besa mi mejilla con su manita en mi vientre.

—¿Ya queda menos para que venga? — me sonríe con los pelos revueltos. Parece que tiene un nido de pájaros.

—No, pequeño. Queda mucho porque cuando nazca tiene que crecer para poder jugar — paso mis manos por su cabello tratando de peinarlo un poco.

Se tira a la cama de forma dramática soltando un suspiro.

—No voy a querer jugar con un niño pequeño, yo soy grande.

—Por eso jugarás con él, porque le vas a enseñar y vais a ser los mejores amigos.

Kenzo sale del baño y lo señala con su dedo.

—No vas a acercarte a mi hijo.

El niño se levanta cruzado de brazos desafiando a Kenzo.

—¿Quién dice que no?

—Yo, que voy a ser su padre, mocoso.

—Y yo voy a ser su mejor amigo.

—Esta tarde te llevaré al bosque.

—¡Siempre dices lo mismo! — le grita cuando él desaparece en el vestidor.

—A desayunar los dos — nos dice cuando sale vestido.

Zack le da un saludo militar haciéndome reír. Diosa, este niño no tiene vergüenza.

Lo llevo al baño para que haga sus cosas y le pongo ropa limpia. Le compré varias cosas para que cuando se quede a dormir aquí, siempre tenga sus cosas.

Al bajar veo que Kenzo ya está sentado con Sinnia y nana.

—Buenos días a todos — saluda mi pequeño.

—Buenos días, Zack — dicen Sinnia y nana con una sonrisa.

—Jade va a tener un bebé y yo voy a ser su amigo.

—¿De verdad? No sabía eso — Sinnia le sigue el juego y el asiente muy feliz.

—Yo lo voy a cuidar para que nadie le haga daño — responde con seguridad y entiendo lo que quiere decir.

Dejo un beso en su cabeza y lleno su plato para que desayune. Sigue hablando con nana que está encantada con él y no para de darle comida. Si sigue así no va a poder almorzar.

Se me escapa un bostezo y me llevo la mano a la boca.

—Necesitas descansar. Estar embarazada consume mucha energía, cariño — habla Sinnia.

—Acabo de levantarme y tenía pensado salir un rato antes de ponerme a hacer las tareas.

—Sí, pero puedes levantarte más tarde — apoya nana.

—Es cierto, cuando desayunes te vas a dormir — me ordena Kenzo y lo miro con las cejas juntas.

—Tengo cosas que hacer. Quiero ir al centro comercial y tomar aire fresco — le digo pero niega con la cabeza sin dar su brazo a torcer.

—No vas a moverte de aquí, Jade.

—No voy a quedarme todo el embarazo encerrada, no es bueno. Además, tan solo estoy de cuatro semanas, puedo hacer muchas cosas.

—Ya te he dicho que no, Jade.

—¡No me voy a quedar aquí encerreda nueve meses, Kenzo!

Me levanto para irme cuando su voz me detiene.

—¡Siéntate y desayuna ahora mismo, Jade! — alza la voz y veo como Zack frunce el ceño con la respiración agitada.

—¡No le grites a Jade! — le grita llorando mientras corre hacia mí — ¡Malo!

Lo alzo en brazos, notando como Sinnia y nana ocultan su risa.

—Tranquilo, pequeño, él solo está preocupado porque tengo que comer para estar fuerte.

—Nadie puede gritarte — susurra envolviendo sus bracitos en mi cuello.

—Nadie lo hará — le aseguro pasando una mano por su espalda para que se tranquilice.

Me giro un poco para ver a Kenzo y nos mira fijamente asintiendo con la cabeza.

Está orgulloso del niño y no lo quiere admitir, mi hermosa Luna — me dice Sombra y sonrío.

Él lo quiere, aunque sea un poco, lo sé.

Lo hace — afirma y corta el link.

—Desayuna, por favor — pide más tranquilo y siento al pequeño en su silla.

—Iré al centro comercial a hacerme las uñas y después iré a comprar. En la tarde descansaré, no me pasará nada. Zack viene conmigo — le hablo con voz suave.

—Iremos juntos. No vas a andar sola — dice con voz firme y ruedo los ojos.

Suelta una risa baja y lo miro alzando una ceja, a lo que él niega con la cabeza.

Después de terminar el desayuno, hablo con mis amigas a través del grupo y les digo que voy a ir de compras con Kenzo. Vendrán un rato por la tarde.

—¿Podemos ir en mi auto? — pregunto haciéndole ojitos. Hace semanas que no lo utilizo.

—Yo conduzco.

Suspiro al saber que no me va a dejar conducir y me pongo una chaqueta después de abrigar a Zack. Estamos a último de febrero y sigue haciendo mucho frío.

Dejo a Zack en su sillita, que Kenzo ha traído de su auto y noto un beso en mi mejilla cuando le pongo el cinturón. Se lo devuelvo y lo escucho reír.

Kenzo dijo que podía traer a las mujeres para que me hicieran las uñas en casa, a lo que yo me negué. Quiero ir de compras, salir y además, también necesito mis cosas. Caminamos por el centro comercial con Zack en medio de nosotros y entramos al salón de uñas.

—Buenos días, Jade — me saludan cuando entro. Vengo aquí desde hace años.

—Buenos días, Cecilia. Vengo a retocarme las uñas.

—Claro, vamos al sillón.

Me vuelven a atender entres dos.

Kenzo tiene a Zack en sus piernas y hablan muy bajito en susurros.

Esta vez elijo un color lila muy bonito. Casi me quedo dormida con el masaje en los pies. Al pagar me dicen que Kenzo lo hizo.

—Hasta la próxima — les digo a todas y me despido.

Mi LunaWhere stories live. Discover now