Capítulo Veintiocho

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Pese a que me gustase mucho estar de gira, cuando llegaban el final de esta, cuando quedaban muy pocos conciertos, es cuando el cansancio se hacía muy presente y ni yo mismo me aguantaba. Estaba mucho más tenso de lo que solía ser, siempre quería dormir y mi voz empezaba a fallar. En resumen, estaba de malhumor.

Esta vez, porque así lo decidí, había sido más larga que nunca. Aunque no se lo reconocería a James, porque él me había dicho que estaba abarcando más de lo que podía hacer, tenía razón. Como casi siempre. Pero pensarlo y decirlo era una cosa muy distinta. No era mi estilo reconocer que me había equivocado. Y menos delante de James, porque lo conocía, y se iba a regodear por ello durante mucho tiempo.

Aunque no pensase así, había hecho felices a muchos fans de todo el mundo. Había ido a países que aún no había visitado, mucha gente pudo ver mi música en directo por primera vez. Eso había valido la pena. Además, al acabar tendría unas muy merecidas vacaciones.

Estaba organizando un viaje que James no podía rechazar. En una isla paradisíaca, tal y como le había dicho, con todas las comodidades posibles. Y lo más importante, intimidad. Ambos necesitamos descansar de todo y de todos.

—Te he encontrado, si quieres, una web en la que van a emitir la entrevista de Lena —comenta James en nuestro último trayecto en avión por la gira. Por fin.

—Y es por eso que eres mi mejor amigo. —Le guiño un ojo con complicidad—. Si pido que tenga subtítulos, ¿es demasiado? Porque supongo que hablará en sueco y... Ni idea.

—Sí —James se ríe—. ¿Por qué tanto interés en una simple entrevista? ¿Tanto te aburres?

—Porque imagina que dice algo importante y después me preguntan por ello —explico—. No puedo quedar como un idiota o no seguir la mentira que diga. Se le llama ser prácticos. No quedar mal, esas cosas de las que se suele encargar el agente.

—¿Seguro? Porque tu historial de búsqueda dice otra cosa...

—¿Miras mi historial? —Me hago el ofendido. No es que lo haga, pero no es que yo sea muy disimulado cuando busco algo. Sin contar que muchas veces le pido ayuda. Él es mucho más rápido que yo, no se distrae.

—No dramatices —pide—. Sabes a lo que me refiero. Buscaste si había nuevas noticias de Lena y ese cantante del violín. Se lo enseñé a Lexie, dice que se ha enamorado y que quiere conocerlo.

No me podía culpar por buscarlo. Es que con ese chico del violín, Lena sonreía mucho más que conmigo. Y lo había visto en unas fotos recientes de su nuevo encuentro. Que para mi sorpresa no habían sido publicadas por la prensa del corazón, sino por una revista musical sueca. Por lo que el traductor automático me indicó, el violinista ese iba a participar en el festival en el que Lena me había invitado a mí. Salían de un estudio de grabación, o eso ponía, no sabía sueco ni creo que supiese nunca, parecía un idioma demasiado complicado.

La soledad de la coronaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن