Capítulo Setenta y Ocho

24K 2.3K 813
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



No quiero seguir escuchando todo lo que está diciendo el rey, que continúa con su monólogo sobre lo que puede suponer que las fotografías salgan de forma pública, que debería haber tomado mejores decisiones, que se imaginaba que tarde o temprano mi relación con Sebastian llevaría a algo así...

Desconecto y suspiro de nuevo, ¿se da cuenta de que eso a mí ahora no es que me importe?

Estoy... No sé cómo estoy si soy sincera.

Nunca había tenido que vivir una situación parecida, ni creía que me ocurriría. No estoy preparada para esto, creo que nadie lo está. ¿Cómo puedo seguir como si nada sabiendo que hay personas ajenas a mí que tienen imágenes mías desnuda?

Quiero desaparecer una temporada, alejarme de todo, que nadie se interese por mi vida, pasar desapercibida... Algo que no puedo hacer.

Y no es solo eso, las fotografías no dejan nada a la imaginación, salgo con Sebastian en muchas de ellas en situaciones tan íntimas que me da vergüenza que mis padres las hayan visto.

No sé cómo el rey puede pensar que Sebastian está detrás de todo esto, si ven la luz, también se verá afectado de una forma u otra.

—Lena, te estoy hablando —gruñe y sin mirarlo sé que tiene el ceño muy fruncido, con las arrugadas perfectamente marcadas, lo que le suele ocurrir cuando está muy molesto y la situación le supera.

—Y yo te estoy escuchando, padre —murmuro y abro los ojos para mirarle directamente—. En ningún momento me has hecho una pregunta que deba responder.

—Tu relación con ese cantante acaba aquí —espeta. Busco con la mirada a Kristoff para encontrar su apoyo y no lo encuentro—. No voy a aceptar un no por respuesta, esto ha llegado demasiado lejos.

Está centrando su frustración por la situación en Sebastian, y a cuanto más lo hace, más pienso que él no tiene nada que ver.

Voy a defenderlo, lo tengo muy claro, incluso sin estar juntos de forma romántica sé que él no ha sido, no sería capaz, no me haría esto. Puede haber roto la confianza en nuestra relación, lo que nos había llevado a separarnos, pero no la que tengo en él.

—¿Por qué crees que voy a hacerte caso? —rebato y miento de forma deliberada. Para mis padres, y para el mundo, Sebastian y yo seguimos juntos, y va a seguir así durante el tiempo que haga falta—. Hemos tenido ya esta discusión, padre. No voy a dejarlo.

—¡Mira lo que te ha traído esa relación!

—Gustaf, creo que es suficiente —intercede mi madre y se coloca detrás de él, colocando las manos en sus hombros para tranquilizarlo, algo que parece funcionar—. Lo importante es cómo está nuestra hija, la noticia le ha afectado y es normal que no esté pensando las cosas con claridad. El resto...

La soledad de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora