Ser una princesa no es cosa fácil, pero Lena tiene claro su objetivo: convertirse en una gran reina. Todo cambia cuando conoce a Righ Bastian, un cantante famoso que romperá todos sus esquemas.
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La vida de Lena se basa en una simple premisa: guar...
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Estoy nervioso.
No puedo evitarlo, estoy así desde que había salido esa entrevista porque no sabía cómo influiría en mi relación.
Confío en Lena, no dudo de ello, pero sé que la imagen pública es una de sus mayores preocupaciones, desde que nos conocimos lo supe. Estuvo más angustiada por lo que implicaba que hubiera subido una foto suya sin su permiso y los rumores que ya habían empezado, que de otras cosas que quizá eran más importantes.
Para ella, ser perfecta en todo momento, o aparentarlo al menos, es una de sus mayores preocupaciones.
James tiene razón con lo que me ha dicho, poca gente sabe que estamos juntos, por lo que podría haber sido mucho peor. No me quiero imaginar cómo hubiera sido si tuviéramos una relación pública, la de artículos que saldrían sobre nosotros relacionados con ese tema...
Sin embargo, ¿y si le supone un problema?
Además, hay una parte de mí que tiene miedo de que no lo entienda, que crea antes las palabras de mi progenitora a las mías, que no quiera saber nada más y lo que tenemos sea un simple borrón en su vida, uno que quiera olvidar lo más rápido posible.
Porque si me pongo a pensar, ¿qué tengo de especial para que una futura reina quiera estar conmigo? ¿Qué le aporto diferente de otras personas que quizá son más adecuadas para ella?
Prefiero no pensar en ello, porque sé que acabaré comiéndome la cabeza y no lo quiero.
Cuando hablo con Lena intento ser el mismo de siempre, y aunque lo consigo, creo que ella se da cuenta de que hay algo que no va bien.
Me sigue pareciendo sorprendente que sepamos leernos tan bien el uno al otro, ella es capaz de ver a través de mi aspecto, al igual que yo, que veo cómo es, sin su fachada. Habíamos llegado a tener una conexión que va más allá de lo simple, una que nos permite entendernos sin palabras.
Y me encanta.
Por suerte, la repercusión de la entrevista no fue la que me esperaba. La rápida reacción que tuvimos fue efectiva, mi discográfica aclaró varios aspectos de inmediato, erradicando las especulaciones antes de que empezaran. También el comunicado de James en mi nombre, aunque fueron sus palabras, avisó de la que iba a ocurrir: tomaríamos medidas legales contra ella. No fue lo único que lo frenó, hubo mucha gente que habló a mi favor, no solo personas conocidas, como los presentadores más famosos con los que gozaba de una buena relación, más en parte por James, que solo lo mencionaron de forma breve y para darme apoyo público. Además de ellos, hubo mucha gente anónima que respaldó mi apoyo a asociaciones para la ayuda de personas en una situación parecida a la mía. Llamadas, entrevistas (en la que no se les reconocía), emails... Y todo ello, según decían, de forma gratuita, sin cobrar. Me defendían porque gracias a mí, según sus palabras, habían podido salir de esas situaciones.
