Capítulo Cincuenta y Siete

24.5K 2.5K 470
                                    

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.



Hablar con Kristoff fue un bálsamo. Ni yo misma me había dado cuenta de que necesitaba compartir con alguien que estaba saliendo con Sebastian. Creía que podría guardar el secreto para mí misma, tener un peso más en mi gran carga, que no me afectaría, que ya me había acostumbrado a reservarme mis cosas para mí misma.

Estaba muy equivocada.

Después de confesárselo a mi hermano, o mejor dicho, que él lo descubriese, fui un poco más libre y también me sentí así. Había sido como si me hubiese arrancado una cadena que me oprimía, porque el apoyo de Kristoff era muy importante, al igual que saber que no accedería a cualquier treta de nuestro padre para hacerme cambiar de opinión o ponerme en jaque.

Ahora tenía claro que quería apostar por lo que sentía sin ningún tipo de duda, sin darle vueltas a la cabeza en todo momento por lo que supondría o implicaría tener una relación con Sebastian.

Y cuando estaba más dispuesta, era cuando él estaba distinto. Seguía actuando de la misma forma, o lo intentaba, con los comentarios graciosos que le caracterizaban y sus salidas, un tanto extrañas, pero tan suyas de las que ya me había acostumbrado. Sin embargo, cuando me fijaba mejor en él, su mirada estaba vacía, sus ojos zafiro no tenían ese brillo tan característico, que incluso en videollamadas se podía apreciar.

Me había preocupado de inmediato cuando me había confesado que no había dormido, no pude ahondar más en ese tema porque Kristoff había entrado en la habitación. En los días posteriores había intentado volver a sacar el tema, sin éxito. Sebastian daba rodeos de una forma casi magistral para no tener que hablar de ello y centrar la conversación en mí o en algo que a él le apeteciese hablar. Estaba ocultándome algo, eso era obvio. No sabía de qué se trataba o en qué le influía, pero confiaba en él y sabía que cuando quisiera, me lo contaría, como había hecho en otras ocasiones.

Aunque la curiosidad me invadía. Estuve muy tentada a buscar por internet si le había ocurrido algo, aunque no lo hice. Sabía que la mayoría de entradas que salieran estarían relacionadas con nosotros, o con otros asuntos que no serían verdad, no era la mejor opción. Solo me quedaba esperar a que él decidiese abrirse conmigo.

Así que mañana tienes un asunto real —se mofa Sebastian y sonríe, aunque no es la misma de siempre. Cada vez estoy más preocupada por él y creo que lo nota, ya que hace una pequeña mueca justo después de hablar—. ¿Es interesante?

—Es de mis preferidos —contesto de forma vaga mientras me centro en ver si hay algo en su rostro que me dé una pista de lo que le sucede. Sigue teniendo ojeras, por lo que sigue sin dormir bien.

—Dime que vas a ir con corona. Porque si es así voy a buscar una manera para verte, sabes que me encanta cuando la llevas puesta. Un día tienes que llevar una cuando nos veamos, es necesario, Lena.

La soledad de la coronaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin