Capítulo Cincuenta y Tres

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Ver a Harry y Meghan juntos me hace plantearme demasiadas cosas en poco tiempo. ¿Alguna vez Sebastian y yo lo tendremos tan fácil? O mejor dicho, ¿sabremos llevarlo igual de bien que ellos dos?

Actúan con normalidad, sin importarles que la gente les esté vigilando, la prensa o quien sea, son cariñosos entre ellos y se saltan el protocolo más de una vez, porque las demostraciones públicas de afecto están prohibidas. Sin embargo, les es igual. Incluso se cogen de la mano por la calle. Parecen una pareja más entre la multitud, una más de muchas, y tengo envidia.

No es que no esté bien con Sebastian, de momento estamos muy bien juntos. Yendo poco a poco, viendo hasta dónde podemos llegar y, al menos en mi caso, asegurándome de mi decisión, desechando todos los posibles riesgos. Pero ¿será así siempre? ¿Seremos capaces de sobrellevarlo del mismo modo que Harry y Meghan?

—¿Cómo lo hacéis? —pregunto porque tengo muchísima curiosidad—. ¿No os dicen nada por saltaros el protocolo?

Eso hace que Meghan se ría, asienta y tome un sorbo de la copa de vino que ha pedido para cenar.

—Me lo han recordado muchas veces —admite—. Y sé que debería intentar cumplir con lo del protocolo, pero es que no puedo evitar según qué cosas. Sé que será peor si Harry y yo seguimos juntos, con todo lo que implica eso —musita refiriéndose a un futuro que quizá no es tan lejano como me he pensado—. Ahora mismo solo soy su novia, no formo parte de la familia real por lo que tengo más libertad en ese sentido. Por poner un ejemplo, no entiendo el motivo por el que tú o Harry no podéis cerrar la puerta del coche en el que viajáis, ¿no tenéis manos para hacerlo?

Eso es muy cierto, suele ser uno de los errores que cometo sin darme cuenta.

—Lo peor es cuando la prensa capta ese momento y es noticia en muchos medios —digo recordando una vez que me ocurrió a mí—. Lo de cerrar la puerta lo entiendo, pero hay muchas otras cosas que sí veo lógicas dentro de las normas que hay establecidas, están para algo.

Hablar con ella me hace pensar que tiene razón en mucha de las cosas que dice, en ciertos aspectos la monarquía está estancada en otras épocas. Algunas se están sabiendo adaptar y otras siguen con esas leyes arcaicas. Nunca entenderé el porqué sigue habiendo países importantes en los que el hombre tiene más valor sobre la mujer y que pese a ser el último hijo nacido ahora sea el rey.

—Meghan, ¿puedo preguntarte algo un poco más comprometido? —Aprovecho que Harry ha salido para acabar de arreglar el asunto de las fotos para intentar saber más de ella de una forma más personal.

—Claro que sí.

—Tú eres actriz —empiezo—, por ello tienes una vida pública bastante entretenida en ese sentido. Si sigues con Harry y os casáis, no podrás seguir ejerciendo tu profesión.

La soledad de la coronaWhere stories live. Discover now