Capítulo Cincuenta y Uno

29.2K 2.8K 397
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Volver a Estocolmo fue volver a la realidad.

Ese día y medio que había compartido con Sebastian había sido un bálsamo que no sabía que necesitaba hasta que me bajé del avión. En ese momento recordé todas las obligaciones que tenía por delante durante las siguientes semanas.

No recordaba haber estado tan tranquila y calmada, sin tener que pensar en nada más, en mucho tiempo. Sebastian había conseguido eso solo con su presencia.

Y me había dado cuenta de que también teníamos muy buena complicidad en otro aspecto, aunque no era lo que habíamos hecho todo el tiempo, habían sido más gestos y caricias cariñosas, buenas palabras, conocernos mejor el uno al otro...

He llegado bien.
Besos xx.

Aunque Sebastian no me lo hubiese pedido no me cuesta nada enviarle un mensaje conforme estaba ya en mi país, ni sabía si se estaría preocupando por mí, pero consideraba que es un detalle que a mí me gustaría que tengan conmigo, avisar de que estoy bien.

El trayecto hasta palacio lo aprovecho para mandarme mensajes con Martha, que había decidido irse de vacaciones de forma improvisada, como siempre suele hacer, es incapaz de quedarse mucho tiempo en un sitio, y con Harry. A él parecía una gran idea vernos, aunque no le había dicho los motivos reales, no me parecía adecuado hacerlo por mensaje porque no era adecuado. También así aprovechaba para conocer a Meghan, desde que su relación había sido confirmada ya no tenían que esconderse y si la prensa sabía de nuestro encuentro no lo verían extraño, como amiga suya me estaba presentado a su novia.

—Bienvenida a casa, Lena —me saluda mi madre al verme—. ¿Cómo ha ido?

—Muy bien, una boda muy bonita —resumo—. Rachel está muy feliz y sé que va a serlo, son tal para cual.

—Casarse siempre es un motivo de júbilo. Recuerdo ese día como uno de los más felices de mi vida —sonríe y bebe un poco de la taza que tiene en la mano.

—¿Te casaste muy enamorada, mamá? —pregunto con curiosidad.

Sabía que mis padres se querían, eso me había resultado evidente desde que tenía memoria. Pero nunca había preguntado si cuando se casaron, que sé que fue por amor, estaban muy enamorados o solo era una simple ilusión, que se casaron rápido porque fue lo mejor para ellos. Quizá ese amor había llegado con el tiempo, no desde un principio.

—Nunca te habías interesado por eso, cariño. ¿Se debe a algo?

—Curiosidad —admito—. Quizá haber estado en la boda de Rachel me ha hecho pensar más en ello.

—Sí, sueles darle muchas vueltas a las cosas. Aunque parezca extraño, yo me casé por amor con el rey, y sí, estaba muy enamorada. Todo vino después; las obligaciones, los eventos... Supe adaptarme a ello y no me arrepiento de nada porque he tenido tres maravillosos hijos que son lo mejor de mi vida. Quiero lo mismo para vosotros, Lena.

La soledad de la coronaWhere stories live. Discover now