Capítulo Ochenta

28.4K 2.5K 1.2K
                                    

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.



Una de las cosas que siempre se me habían dado bien era esconder mis emociones y preocupaciones ante el mundo. Me habían enseñado desde pequeña a ocultar lo que sentía, a estar y ser perfecta en todo momento y es justo lo que hago en los días posteriores de saber que hay unas imágenes mías íntimas corriendo por redacciones de prensa de todo el mundo.

Acudo a todos los actos públicos que tengo programados en mi agenda, de hecho no la reduzco ni hago cambios en ella, unos que podría hacer si le pedía a mi madre que fuera por mí, o incluso mi hermano, algo que estoy convencida de que harían sin dudar, todo por apoyarme.

Sin embargo, no lo hago.

Lo que necesito es distraerme, no pensar en que alguien me ha traicionado y en todo lo que envuelve a eso, por lo que ejercer mi labor como princesa es la mejor opción. Intentar que todo vuelva a su cauce, recuperar el control de mi vida.

No obstante, hay pequeñas cosas que siguen siendo cabos sueltos y me impiden que todo vuelva a la normalidad, a mi normalidad.

Para empezar, el hecho de que el rey decidiese filtrar que Sebastian está en palacio.

No recuerdo que haya habido tanta prensa alrededor de palacio haciendo guardia desde hace mucho tiempo, y con el paso de los días no se marchan, siguen ahí muy atentos a cualquier movimiento. Intentan captar una imagen de Sebastian, ya sea paseando por los jardines, saliendo en coche, o conmigo, sin éxito.

No nos dejamos ver en los sitios que sabemos que hay ángulos que desde fuera se pueden ver, y por el momento no salimos juntos de palacio para ir a cenar fuera, por poner un ejemplo, y él cuando sale lo hace con coches que tienen los cristales tintados por los que no se ve si está ahí o no.

Eso no es lo único, también noto que en todos los actos a los que acudo hay más periodistas cubriéndolos y de medios internacionales, unos que intentan preguntarme acerca de mi relación con Sebastian y si es cierto que está en palacio, entre otras muchas cuestiones como si va a haber una boda dentro de poco, si ya nos hemos comprometido o si el rey está de acuerdo con nuestra relación. Algunos son más educados que otros, aunque creo que el más incisivo para obtener una respuesta es un medio español, que según pregunto a mis guardaespaldas, se llama Sálvame.

Otra de las cosas que se escapa de mi control, aunque siempre ha sido así, es Sebastian y es la que llevo peor.

Su compañía me gusta, eso es más que lógico, sigo sintiendo lo mismo por él que antes de que lo dejase. Mis sentimientos no han cambiado, sigo enamorada, y luchar contra ellos es una de las cosas que más me cuestan.

Sebastian es encantador, se comporta como si no hubiera pasado nada entre nosotros, me apoya, se preocupa por mí a diario, me hace reír... Es lo que siempre he querido para una pareja.

La soledad de la coronaOnde histórias criam vida. Descubra agora