La que sueña con Beethoven

Capítulo 6

La reunión familiar comenzó, yo nunca había sido sociable así que fue incomodo tener que saludar a mis quince mil tíos, tías y primos.

Toda mi familia era adinerada y alzada, no me avergonzaba de quién era pero a su lado me sentía muy inferior.

— Pues ¿qué creen? Mi hijo va a cursar sus estudios en la mejor universidad del país- Presumió una de mis tías.
— Felicidades sobrino - Felicito uno de mis tíos a mi primo.
— Pues mi hija Irene ya va a acabar su semestre y seguirá estudiando en Japón, se irá de intercambio, estamos buscando un departamento apto para ella- Presumió otra de mis tías.
— Mi hijo Ricardo ya pronto termina la universidad en Londres y ¿qué creen? ya escogió una novia británica, es preciosa. Es alta, rubia y de ojos azules, cuando regrese nos la presentara.

Parecía que era una competencia por presumir.

— ¿Y tú Elisa? Estas muy callada mientras todos nosotros estamos hablando de nuestros hijos, cuéntanos ¿qué planes tienes? - Me pregunto un tío.
— ¿Planes de que? - Le pregunte para darme mas tiempo para formular una respuesta inteligente.
— Planes de estudio ¿a que universidad iras? ¿que estudiaras?
— Quiero ser pianista - Una respuesta tonta salio de mi boca. Sabia que esas tres simples palabras era las más incorrectas que podía haber dicho.

Mire a mi madre y ella estaba furiosa.

— No sabia que tocabas el piano ¿hace cuanto vas a clases? ¿Es una escuela prestigiosa?- Pregunto una tía.
— Es una niña, aun no sabe lo que quiere y es por eso que no la llevamos a una escuela de música - Contestó rápidamente mi madre.
— Cierto, olvide que aun tiene doce años la joven Elisa o ¿no será que no pueden costear sus clases? Hay niños que desde pequeños asisten a escuelas de música.
— ¡Basta! Hablemos de otra cosa - Intervino mi abuela — Clara ¿qué tal tus vacaciones en Africa? - Pregunto mi abuela a una de mis primas y todos le prestaron atención mientras yo me sentía pésimo.

Mientras me torturaba a mi misma preguntándome "¿Por qué eres tan tonta para hablar Elisa?"

Todos salimos al jardín de la abuela donde habían varias mesas de picnic. Me senté junto a tres primos para tomar un aperitivo.

— Elisa ¡que lastima que nunca podrás cumplir tu sueño! - Me dijo mi prima Clara.
— Cierto, que lastima - Reafirmó mi primo.
— Tendrás que confirmarte siendo una criada o teniendo un empleo mal pagado.

Tenia tantas ganas de llorar ahí mismo, pero decidí contestar lo mejor que pude.

— Pues no sé, pero el que mis padres no me apoyen no quiere decir que no cumpliré mi sueño. Empezaré desde abajo como muchos, cuando ese día llegué recordaré sus palabras.
— Pues ya veremos - Se levantaron de la mesa y se fueron a otra.