Capítulo 43

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Maratón 6/7

Al llegar a casa mi abuela me estaba esperando despierta en la sala de estar.

- ¿En donde estabas?- Pregunto enojada.
- Con Ryan- Respondí y su semblante cambio.
- Si estuviste con él, entonces no tengo porqué enojarme, ya que si hubieras estado con tu padre o con Beethoven...
- ¿Qué?- Pregunté desconcertada.
- Tu maestro me dijo que te ha escuchado hablando sola con alguien que llamas "Ludwig" y también con alguien a quien le dices "Papá" ¿Qué te pasa, Elisa?
- No le creas ¿Por qué hablaría con personas que no existen?
- Incluso la criada dice lo mismo- Me miro sería.
- Yo estoy bien, abuela...- Mentí.
- No estás bien, ya conseguí una cita con el mejor psiquiatra del estado para que te revise y te de tratamiento, entiende que no es normal hablar con alguien que no existe- Dijo mirándome como si fuera un bicho.
- Yo soy normal- Lágrimas cayeron sobre mis mejillas- Cada día me esfuerzo por ser alguien normal para la gente rica, pero fingir no se me da bien y pensé que en ti podría encontrar ese apoyo que necesito, pero me he dado cuenta de que no.

Fui a mi recámara lentamente esperando una disculpa de mi abuela, una disculpa que nunca llegó.

Estaba devastada, ahora hasta para mi abuela era un bicho raro. Quizás mi madre hizo lo correcto al deshacerse de lo que más problemas le causaba, pero estoy segura de que mi padre ni lo habría hecho así.

- Lamento lo que he causado- Dijo Ludwig abrazándome.
- No es tu culpa, no te preocupes- Respondí.
- Ahora ese psiquiatra lo que hará es que te deshagas de mi.
- No lo logrará, en todo este tiempo solo tú haz sido mi amigo, me apoyas y me das ánimo ¿Cómo podría olvidarte?
- Él lo intentará, pero no lo permitas, tenemos grandes planes juntos- Me abrazo aún más fuerte.
- Lo sé, tenemos un futuro por delante aunque ahora no estoy segura si mi abuela me seguirá pagando la escuela.
- Eso es muy triste pero yo sé que te hará sentir mejor, es algo que miramos el otro día en la televisión.
- ¿Qué es Ludwig?- Pregunté curiosa.
- Toma está navaja y hazte pequeños cortes en las piernas, nadie lo verá y te sentirás mejor.

Tomé la navaja indecisa y la contemple.

- ¿Tú me harás sentir mejor?

Me levanté el vestido para dejar al descubierto mis piernas e hice el primer corte, dolía mucho pero me sentía aliviada, el dolor físico duele menos que el del corazón.

- Gracias Ludwig, me siento mejor.

Al siguiente día me levanté temprano y me arregle lo mejor que pude para despedirme de Ryan. Tenía que verlo por última vez antes de que se fuera, quería ver esos ojos azules que me tenían loca, esos ojos que me enamoraron aunque no soy correspondida.

Al llegar al aeropuerto me di cuenta de que ahí se encontraba la familia de Ryan además de algunas compañeras de clase.

- Elisa, viniste- Dijo Ryan emocionado y todos voltearon a mirarme con desprecio.
- Tenía que despedirme de ti, amigo.
- Me alegra que sigamos siendo amigos, eres muy valiosa por tu talento y por quién eres, que nadie te haga creer lo contrario ¿Lo prometes?
- Lo prometo- Dije sonriendo y él me abrazó fuertemente, que bien se sentía.
- Adiós familia- Abrazo a su madre y a Rebeca quien no podía ocultar el odio que sentía por mi.
- Cuídate mucho hijo y cuida bien a la abuela.
- Por último quería despedirme de ti, María, tú eres una chica increíble y linda- Comenzó a decir Ryan- Y por eso me gustas mucho, todo este tiempo hemos compartido cosas especiales, hemos salido juntos casi todas las tardes y creo que estoy enamorado de ti así que antes de irme quiero preguntarte algo: ¿Quieres ser mi novia?- Preguntó y yo me sentí rota por dentro.
- Sí quiero, Ryan- Respondió

Fue entonces cuando Ryan beso a María.

Ese beso debió de ser para mí...

- María, promete que irás a verme pronto- Dijo.
- Claro, no tardaré en ir- Respondió.
- También tú Elisa, tienes que ir a verme- Me sonrió.
- Ire, lo prometo.
- Bien debo irme, adiós a todos, los quiero- Se despidió.

La que sueña con BeethovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora