Capítulo 78

143 27 11
                                    

Al llegar a casa de mi abuela me detuve a mirar el jardín y me vinieron muchos recuerdos a mi mente, como la reunión familiar que tuvimos hace muchos años e incluso la vez que invite a mis compañeras de la escuela a una pijamada y el perro de mi abuela intento morder a María.

- Tantos recuerdos hay aquí- Dije en voz baja.
- Atesora esos recuerdos en tu corazón, nunca los olvides porqué recordar es volver a vivir- Respondió Ludwig para después soltar un suspiro- Pasaron tantas cosas aquí, tanto buenas como malas, pero ten en cuenta que todo lo que pasaste te hizo la gran mujer que ahora eres.

Entre a la casa y ahí me encontré con algunos de mis tíos, al igual que mi madre, Efraín y ¿Rebeca?
Después de saludar a mis tíos me dirigí con mi madre.

- Hola mamá- Saludé.
- Elisa ¿Cómo estás? ¿Cómo está la bebé?- Preguntó.
- Todo va de maravilla, mamá.
- Me alegra mucho- Respondió.
- Hola hermano, hola Rebeca ¿Qué haces aquí?- Pregunté.
- Es una larga historia Elisa ¿Puedes creer que todo esté tiempo estuve con tu hermano perdido? Leila es tu sobrina por ser hija de tu hermano y tu por ser la prometida de mi hermano Ryan, que situacion tan curiosa ¿No lo crees?
- Sí...- Respondí confundida- ¿Tú y mi hermano regresaron?
- Sí, hace poco decidimos volver a estar juntos para criar a nuestra hija juntos- Respondió Rebeca.
- Ya veo... Y ¿En donde está mi sobrina?
- La abuela la está cargando, en un momento viene- Dijo Efraín- Por cierto, esto es para ti- Me dio una linda bolsa de regalo.
- ¿Qué es? - Pregunté
- Lo hicimos Efraín y yo con mucho amor para ti- Dijo mi mamá.

Abrí el regalo y era un conjunto tejido para mi hija. Un gorro rosa junto con un suéter, pantalón y zapatos que combinaban a la perfección.

- Rebeca nos enseñó a tejer y decidimos hacerte ese conjunto para Elizabeth, Efraín hizo el gorro y los zapatos y yo el suéter y el pantalón, espero que te agrade- Dijo mi mamá y me quedé sin palabras.

Pensaba en que ellos se habían tomado el tiempo para aprender y hacer ropita para mí hija y eso me conmovió demasiado.

- Gracias, en serio, gracias- Los abrace estando apunto de llorar.

Mi abuela entró en la sala de estar en una silla de ruedas mientras cargaba a Leila. Una de mis primas iba empujando su silla, algo que se me hizo sorprendente.

- Elisa ¡Qué alegría me da verte!- Expreso mi abuela y la abracé.
- Puedo decir lo mismo abuela- Respondí.
- Tu pancita cada vez está más grande, seguro tú bebé saldrá muy fuerte y sana- Dijo.
- Espero que sí.
- ¿Ya viste a Leila? No puedo creer que la niñita que venía a jugar contigo ahora es la mujer de tu hermano y mamá de esta hermosa criatura.
- Créeme que estoy igual de sorprendida ¿Puedo cargarla?- Pregunté.
- Si, claro- Respondió mi abuela
- Hola Elisa ¿Cómo has estado?- Preguntó mi prima.
- Muy bien Clara y ¿Tú?
- Bien, últimamente he pasado varios meses aquí con la abuela, la he estado ayudando mucho- Respondió.
- Que bueno, ella necesita mucha ayuda ahora- Dije.
- Así es... Elisa quería pedirte una disculpa porque cuando eras una niña te dije que nunca podrías cumplir tu sueño y terminarías siendo una sirvienta, en serio perdóname- Expresó.
- No te preocupes, no es importante- Dije simplemente aunque recordarlo me dolía mucho.
- Me diste una bofetada cuando vi que cumplias tu sueño, eres increíble.
- Clara, llévame enmedio del salón por favor, tengo que hacer un anuncio- Pidió mi abuela.

Me senté junto a mí madre mientras cargaba a Leila, era preciosa. Tenía los famosos ojos azules de los Fischer.

- Está tan hermosa- Dije.
- Lo sé y se porta muy bien- Respondió mi mamá.
- Tu abuela dice que ni siquiera nota que haya un bebé en casa- Dijo Rebeca.
- ¿Cómo?- Pregunté confundida.
- No te habíamos dicho Elisa- Empezó a decir Efraín- Mamá, Rebeca y yo estamos viviendo aquí...
- ¿Qué? ¿Es en serio?
- Sí, tu abuela nos dio unas habitaciones para nosotros y decidimos vivir aquí- Respondió Rebeca.

Me sentía confundida sin embargo deje de pensar en eso.

- Bien familia Cicolinni, los he citado hoy por algo muy importante- Empezó a decir mi abuela- Como ustedes podrán notar, no soy la misma de antes, he envejecido y enfermado, no creo vivir mucho tiempo más y es por eso que he arreglado todos los papeles de la herencia que tengo que dejar, fue difícil para mí elegir por muchas razones de peso, sin embargo ya está todo por escrito. Espero que entiendan y apoyen mi decisión.
- Siempre te apoyaremos abuelita- Dijo Clara.
- Bien, todas las chocolaterías Cicolinni serán para Efraín, todas mis casas incluyendo está serán para Antonella y todas mis acciones serán para Elisa- Dijo.
- ¿Como dices eso simplemente así? No me has dejado nada a mi- Replicó Clara.
- ¿Y yo mamá?- Preguntó uno de mis tíos.
- No me diste nada de la herencia ¿Qué rayos te pasa?- Preguntó otro de mis tíos.
- Ustedes no pueden reclamar, sin embargo yo sí porque he ayudado a la abuela todo este tiempo- Dijo Clara.
- Clara, sé sincera, solo me has ayudado este tiempo para asegurar tu herencia ¿No es así?- Preguntó.
- No abuela ¿Cómo crees?
- Nunca te interesaste por mi hasta ahora Clara...
- ¿Entonces no sirvió de nada cuidarte? Pero sí le das herencia a Elisa que no ha hecho nada por ti- Dijo.
- Elisa me habría ayudado si estuviera en sus posibilidades, pero está embarazada, por eso no pudo hacerlo ¿Verdad?- Preguntó mirándome.
- Sí abuela- Respondí.
- ¿Y porqué le das a mí hermana Antonella herencia y a ninguno de nosotros no?- Preguntó uno de mis tíos.
- Porqué ella vio por mi siempre, incluso cuando estuve en el hospital ella estuvo día y noche conmigo desvelandose y soportandome y que triste es que ninguno de mis hijos...- Su voz se quebró- Ninguno de ustedes vio por mí, esta es la única vez que los veo en años y solamente porqué iba a tratar el asunto de la herencia. Una madre pudo criar a tantos hijos pero ninguno de ellos pudo cuidar de su madre, excepto Antonella- Dijo.
- Le diste a Efraín las chocolaterías, pero él ni siquiera había estado en la familia. Esa empresa era de mi padre y él me prometió que un día sería mía.
- Tu padre me las dio a mí cuando murió, así que yo fui libre de elegir a quien se la daría. Efraín es un buen muchacho y me ha ayudado mucho desde que lo conocí es por eso que la empresa es para él- Respondió mi abuela.

Mis tíos comenzaron a pelear entre sí, hablando cosas horribles de mi abuela y de mi familia hasta que decidieron retirarse. Incluso Clara, quién ayudaba a mi abuela decidió marcharse.

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now