Capítulo 17

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- No puedo creer que tu madre no ha regresado ¡Lleva dos semanas sin volver!- Exclamó mi abuela mientras desayunabamos.
- Seguro tiene cosas más importantes que hacer- Respondí.
- Nunca hay nada más importante que los hijos- Dijo mi abuela ofendida- Cuando tu abuelo murió, tuve muchos pretendientes persiguiendome día y noche sin parar, decían que me amaban y que iban a querer a mis hijos como si fueran suyos.
- ¿Y porque nunca te volviste a casar, abuela?- Pregunté curiosa.
- Porque los hijos son primero, no iba a dejar de cuidar a mis hijos e ir a perder el tiempo con un hombre. Bien, no sabemos que es lo que esté haciendo tu madre, solo esperemos que reflexione.
- Ella solo está ocupada en rehacer su vida sin mi, abuela. Creo que es lo mejor para ella, después de todo nunca me amo, yo solo era un estorbo.
- No digas eso, es una tontería. Y ya quita esa cara de tristeza, hoy será tu primer día en tu nueva escuela y además tus primeras clases de piano, deberías estar feliz.
- Debería...

Me levanté de la mesa, me despedí de mi abuela y me dirigí a mi nueva escuela.

A veces la vida da giros de 180° y te deja en donde menos esperas.
Hace unos meses me encontraba en una casa pequeña, desayunando cereal y alistandome para irme a la escuela pública caminando con mi viejo uniforme y zapatos anticuados ¿Y ahora? Tan solo mi cuarto es del tamaño de mi casa anterior, desayuno panques recién hechos por la criada y me alisto para asistir al mejor colegio de la ciudad con un uniforme muy elegante y zapatos de marca ¿Acaso estas cosas pasan?
Aunque mi nueva vida se vea muy cómoda y atractiva, preferiría estar sentada junto con mi padre en nuestro viejo sillón escuchando "Guns and Roses" y "Rolling Stones".

De camino a la escuela me puse mis auriculares para escuchar música, sin embargo esta vez era diferente. En vez de escuchar Beethoven, puse las canciones de rock que mi padre tanto amaba.

En el colegio todo era distinto, solo en mis sueños había visto algo parecido. Era enorme y elegante, incluso los baños estaban impecables, cosa que en mi anterior escuela era imposible.

Al entrar al salón de clases, el profesor me asignó un asiento junto a una niña de apariencia hermosa. Ella tenía ojos color azul intenso y cabello negro azulado, era alta y delgada, incluso su voz era hermosa.

- Bienvenida- Dijo ella.
- Gracias- Respondí tímidamente.
- ¿Como te llamas?- Preguntó con una sonrisa.
- Me llamo Elisa Montiel ¿Y tú?
- Me llamo Rebeca Fischer.

Incluso su nombre era bonito.

Aunque el colegio era diferente, las clases eran igual de aburridas. Aún con eso fue agradable tener la compañía de Rebeca quien me invitó a su casa después de clases. Estaba nerviosa porque no sabía con qué clase de familia iba a encontrarme.

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now