Capítulo 33

252 39 13
                                    

Tenía tanto frío que no podía moverme sin que me doliera, incluso abrir los ojos era difícil.

- Niña ¿Qué haces aquí?- Me preguntó una voz desconocida, sin embargo no podia contestar.
- Está helada, hay que cubrirla- Escuché otra voz.
- Niña ¿Me escuchas?- Pregunto nuevamente.

Al abrir los ojos note que aquella voz era de un oficial.

- ¿Elisa? ¿Qué haces aquí?
- Joven ¿Usted conoce a esta niña?
- Sí, es amiga de mi hermana.
- ¿Tiene reporte de extravío?
- No lo sé, yo solo entre al ver el alboroto.

Mire a aquel chico, era Ryan, tan hermoso como siempre.

- Ryan- Dije débilmente.
- Elisa ¿Qué haces aquí?- Preguntó.
- Vine a ver a mi padre- Contesté.
- Tu padre debe de estar en tu casa muy preocupado- Respondió.
- No, porque mi padre está muerto- Confesé y pude notar tristeza en su rostro.
- ¿Ella está bien?- Pregunto a los oficiales.
- Creemos que sí, es solo que pasó toda la noche aquí y está muy fría, aunque para su fortuna esta noche fue templada.
- Yo me encargo de llevarla a su casa.

Ryan me tomo entre sus brazos y me cargó. Al sentir el calor de su cuerpo me sentí mejor.

- Ryan ¿Tu no estabas en Alemania con tu abuela?- Pregunté.
- No aborde el avión, me peleé fuertemente con mi madre y me quedé, así que hoy mi hermana puede regresar a casa- Respondió mientras caminaba.
- Lo siento mucho que te pelearas con tu madre
- No te preocupes, siempre peleó con ella, somos como agua y aceite. A veces pienso que ella no me quiere- Confesó- Su favorita es mi hermana, pero dime ¿Qué hacías allí? Tus padres deben de estar preocupados.
- Mi padre está muerto, fui a visitarlo pero me quedé dormida y mi madre no creo que este preocupada por mi, ella me odia.
- ¿Es verdad lo que dices?
- Sí, es verdad. Me ha dicho que no debí de haber nacido nunca, me abandono con mi abuela para darse la vida que mi padre no pudo darnos.
- Lo siento mucho Elisa.

Llegamos a la casa y Ryan tocó la puerta, la criada nos recibió.

- Traje a Elisa, deben de estar muy preocupados.
- ¿Preocupados?- Pregunto.
- Sí, ella no paso la noche aquí.
- No nos habíamos dado cuenta joven, la señora de la casa está durmiendo, al igual que su mamá y sus amigas.
- Bueno...- Dijo extrañado.
- Gracias por traerme- Agradecí mientras me bajaba de sus brazos.
- De nada, adios- Se retiró rápidamente.

Sí, nadie se había percatado de mi ausencia.

Entre a mi habitación y mis amigas estaban durmiendo tranquilamente. Fui a la habitación de mi abuela y ella también estaba dormida. Por último decidí entrar a la recámara de mi madre quien de igual manera estaba durmiendo junto a un hombre que no conocía de nada.

Ahí comprendí que no era importante para nadie, me recosté en el sofá de mi recámara a esperar que todos despertarán.

Horas después la criada fue a despertarnos ya que debía de estar lista para la llegada de mis familiares.
Mis amigas se fueron agradeciendo las atenciones de mi abuela pero ignorandome totalmente.

- Elisa, tu abuela dejo en tu habitación un vestido y un par de zapatos para que te cambies después de bañarte- Dijo la criada.
- Sí, iré a bañarme.
- ¿En verdad no pasaste la noche aquí?- Pregunto curiosa.
- No, fui a...
- Ese muchacho está bien guapo, pero no deberías de escaparte con él, tu abuela es muy conservadora, al menos cuídense- Me guiño el ojo.
- ¡No, no es lo que piensas!
- No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo, ahora sí ya veré a bañar y arreglate bonito, tus tíos son medio pesados.

Después de bañarme fui a mi habitación para ver el vestido que mi abuela había escogido para mí, era un vestido de cóctel color rosa satinado junto con unos zapatos azules. Al ponermelo no podía subirme el cierre así que decidí salir a buscar ayuda.

- Elisa, hasta que pareces una niña- Dijo mi mamá quién estaba en bata.
- ¿Puedes subirme el cierre?- Pregunté.
- Ven, vamos a tu cuarto.

Al dirigirnos a mi habitación me coloco frente al espejo y después de subir el cierre me comenzó a hablar.

- Elisa, así debes de vestirte, te ves menos fea- Dijo.
- Mamá ¿Por qué viniste?- Pregunté.
- Para despedirme, hoy les presentaré a todos a mi novio, nos iremos a vivir a su país- Confesó.
- ¿Por qué?
- Voy a empezar mi vida de nuevo, lejos de todos.
- Lejos de mí.
- Sí, Elisa, es lo mejor para mí, tú estás en buenas manos y no me necesitas y claro yo tampoco te necesito a ti.
- Yo si te necesito, eres mi madre, pero juro que te olvidaré.

La que sueña con BeethovenWhere stories live. Discover now