La que sueña con Beethoven

Capítulo 40

Maratón 3/7

Las semanas pasaron y tras varios ensayos y mucho esfuerzo al fin llegó el día del concurso.

Mi abuela me compro un precioso vestido morado de una tela suave y ligera además de que contrató a alguien para que me hiciera un peinado elegante y me maquillara.
Me veía diferente, me sentía bien conmigo misma.

- Te ves tan hermosa mi niña- Me abrazo mi abuela.
- Gracias abuela, todo es gracias a ti.
- Mira esto es para que lo uses hoy.

Abrió una pequeña cajita que contenía un collar de diamantes plateado junto con unos aretes a juego.

- Estás joyas las uso tu madre cuando fue a su primer concurso de piano.
- ¿Mi madre sabe tocar el piano?- Pregunté sorprendida.
- Sí, pero es muy mala en eso, ella no tenía ni una pizca de talento, todo lo contrario a ti mi niña.

Mi abuela me puso las joyas, eran hermosas.

- ¡Te ves hermosa, Elisa, hoy es tu día para brillar!- Dijo Ludwig- Pareces de la realeza arreglada así, creo que cualquiera se enamoraría de ti.
- ¿Cualquiera se enamoraría de mi?- Pregunté.
- ¿Qué dices, mi niña?- Pregunto mi abuela.
- Nada, abuela- Contesté.
- Recuerda Elisa que aquí solo tú escuchas mi voz, es mejor que ese sea nuestro secreto- Dijo Ludwig

En cuanto mi abuela se fue a su habitación, abrí la caja que me había dejado mi madre y saqué las llaves de nuestra anterior casa, las guarde muy bien en mi vestido para sentir a mi padre cerca de mi.

Después de que mi abuela se arregló, nos dirigimos al auditorio donde sería el concurso, era un lugar muy elegante y hermoso.

- ¡Elisa, mi alumna estrella! Te ves muy bonita- Me halago mi maestro.
- Gracias, todo es gracias a mi abuela- Respondí.
- Bueno, vayamos con los demás participantes.

Nos dirigimos a una sala tras el escenario donde estaban todos los concursantes junto con sus maestros, me ponía nerviosa ver a tantos chicos y chicas de mi edad, algunos han tocado el piano desde pequeños, mientras que yo solo llevaba algunos meses. Todos se miraban confiados, algunos ya habían participado antes, yo era la única nueva.

Cuando el concurso comenzó me puse aún más nerviosa. La primera chica en tocar el piano lo hizo realmente hermoso, parecía que sus dedos danzaban sobre las teclas. Después un chico tomo su lugar y con la espalda erguida y cabeza en alto recibió la ovación del público, era realmente talentoso.

Mientras más participantes tocaban, más aumentaba mi inseguridad ¿Estaré haciendo lo correcto?

- Elisa, no puedes sentirte insegura en un momento tan especial como este.
- ¿Qué hago entonces? Ludwig tú y yo somos muy distintos, tú tocabas desde pequeño.
- Es cierto, pero tú también eres talentosa.
- Pero no tanto como ellos- Dije cabizbaja.
- ¡Tú puedes lograrlo! ¡Hazlo por tu padre! ¡Él se sentirá muy orgulloso de ti!
- Está bien, lo voy a intentar.
- Es tu turno Elisa- Me aviso mi profesor.

Ya en el escenario me dirigí nerviosa al piano. Al sentarme mire al público, mi abuela estaba mirándome atentamente, junto a ella estaba Ludwig sonriendo.

Respire profundo y comencé a tocar.

"Appassionata" significaba mucho para mí, la canción me transmitía muchos sentimientos a la vez, era mi canción.

Las notas graves eran todos los obstáculos que tenía, la muerte de mi padre, el abandono de mi madre, el rechazo de mis compañeros y de quién alguna vez considere mi mejor amiga. Las notas altas eran la esperanza, la luz, lo bueno que había en mi vida cómo mi abuela, Ryan y el piano.

Aún tocando volteé a ver al público, mi abuela estaba conmocionada y junto a ella... Mi padre amado. Él me miraba orgulloso y satisfecho, sus ojos me decían "Estoy orgulloso de ti mi pequeña hija, hace años querías hacer esto, hace meses comenzaste a aprender y ahora mira lo que haces con tus manos, es mágico y eso me hace sentir feliz, el saber que ahora estás viviendo tu sueño"

Al terminar la canción me levanté y agradecí al público su ovación, entonces pude notar que Ryan también estaba ahí.

La tensión y los nervios aumentaban mientras más participantes tocaban, hasta que por fin llegó el momento de elegir a los ganadores.